Este es un monólogo-trampa, pero justo es decir que ha sido concebido así desde el principio. De hecho, Dennis Kelly empieza su texto con un tono pretendidamente cómico… para mostrarnos normalidad, para confiarnos y también para darnos un puñetazo en el estómago ya muy entrada la obra. Es este puñetazo el que nos hace replantearnos todo aquello que quizás nos ha hecho reír, todo aquello que nos ha entretenido frívolamente en algún momento. Ahora bien, creo que la decisión de Joel Joan de dar a toda esta primera parte la estética -y un poco el tono- de los monólogos de Stand Up no es precisamente la mejor idea. Predispone el público más en contra que a favor, y tampoco consigue […]
Carles Armengol Gili
808 Recomendaciones