La compañía Atalaya es una de estas compañías andaluzas que han creado escuela, igual que en su momento lo hicieron La Cuadra de Sevilla o La Zaranda. Todas tienen en común un teatro basado en la colectividad, el grupo, y en una experimentación constante. En el caso de Atalaya hay, además, una gran inspiración en los clásicos, aspecto que también se puede ver en este acercamiento a la obra de Brecht. Se trata de un montaje del año 2013 que ganó el premio a la mejor dirección en el Festival de Teatro Ciudad de Palencia, cuatro galardones de los Premios del Teatro Andaluz y ocho nominaciones a los Max.
Madre Coraje es una obra que requiere una gran fuerza, pero a la vez también juega con todos los elementos del teatro épico de Brecht. Esto supone, en ocasiones, una limitación pero en otros es la oportunidad de llegar a hitos únicos, estilísticamente incomparables. La dirección de Ricardo Iniesta consigue ser fiel a Brecht, aunque manteniendo un estilo propio. A pesar de que puede dar la sensación que estamos ante un teatro arqueológico, un poco anclado en una forma de hacer ya superada, no se tiene que olvidar que la fórmula funciona y que tiene mucho mérito conseguirla con ocho actores.
La pieza tiene momentos muy emotivos y de una gran energía, como todos los números musicales o las partes dramáticamente más duras. En este sentido, destaca el final de la obra, con unas entregadísimas Marga Reyes y Lidia Mauduit. En definitiva, un espectáculo que hay que ver con perspectiva, sabiendo lo que vamos a ver y lo que nos puede aportar actualmente esta revisitación del dramaturgo alemán.