Desde la primera escena nos damos cuenta de que detrás de este montaje hay una dirección brillante, ya que Roger Ribó nos hace visualizar toda una época y todo un paisaje de posguerra en este pequeño ejercicio que no llega ni a una hora de duración. La precisión de los gestos y movimientos escénicos, la originalidad del espacio sonoro y el ritmo que se otorga a la historia nos dan la razón. Si encima lo acompañamos con tres estupendas actrices (Maite Bassa, Montse Bernad y Blanca Solé) ni nos daremos cuenta de que en el escenario sólo hay tres maletas y poco más … Teatro minimalista, pero humilde y bien hecho. Una pequeña proeza que no debería resultar tan extraña […]
Carles Armengol Gili
807 Recomendaciones