Travy

Qui no sàpiga què va a veure, no conegui la família Pla-Solina o no hagi vist abans l’Oriol Pla dalt d’un escenari, segurament, sortirà del Romea al·lucinat. Per això, és important conèixer els antecedents.

Travy es va estrenar el 2018 a l’Espai Lliure. Després, l’obra va anar a la Beckett, a la Biblioteca de Catalunya, al Teatre de l’Abadia de Madrid… i, evidentment, ha fet gira per Catalunya. També ha rebut el Premi de la Crítica al Millor espectacle de petit format. I ara, recala al Romea. Un somni de trajectòria pel que seria el primer gran projecte que assumeix l’Oriol com a autor i director.

Els Pla‑Solina tenen una llarga trajectòria escènica: Quimet Pla (pare) va ser un dels fundadors de Comediants, mentre que Núria Solina va formar part de Circ Cric i Picatrons. Junts van construir un teatre de carrer ple d'enginy i resistència durant els anys de la dictadura. Els fills, l’Oriol i la Diana, van créixer entre escenaris i han continuat la tradició familiar des d'una perspectiva renovada.

És així com l’Oriol, quan va rebre la trucada del Lliure, amb només 23 anys, per oferir-li l’Espai de Montjuïc perquè fes “el que ell volgués”, no s’ho va pensar gaire: faria un homenatge. Un homenatge a aquesta, la seva família. La família Travy.

Travy retrata el xoc entre dues maneres d'entendre el teatre: el clown i folklore dels pares, la crítica i el postdrama dels fills. Una obra de tensió emocional i artística on es qüestionen tradicions i es redefineix la identitat teatral familiar amb una barreja de llenguatges i creativitat de vàries estrelles Michelin.

L'obra combina text, mim, clown, música, comèdia dell’arte, circ i teatre físic. Aquesta barreja genera un collage escènic ric i dinàmic. Tots i cadascun dels intèrprets treballen a un nivell excels. Els grans, desborden experiència i serenor, presència i minimalisme escènic. Els joves, un talent innat covat a base d’anys de moure’s entre caixes.

Travy és una peça mestra del teatre contemporani. Fosa entre tradició i innovació, emoció i reflexió, és un diàleg viu entre generacions. Honesta, profunda i commovedora, reflecteix la força del teatre com a espai de memòria, crítica i amor.

L’Oriol i la seva família han aconseguit molt més que un espectacle: és una celebració de l’ofici, amb les seves llums i ombres. Una obra que permet entendre l’essència del teatre com a vida compartida.

La idea de hacer teatro en familia, cuando la familia en concreto se ha dedicado toda la vida al clown y a los espectáculos de calle, quizás no puede parecer muy arriesgada. Pero cuando la familia se llama Pla Solina y el que crea el espectáculo es Oriol Pla todo puede explotar por los aires y ofrecernos una hora y media de humor, poesía y reflexión. Ya sé que puede sonar pretencioso o demasiado denso, pero es justamente todo el contrario. Travy ofrece todo lo que decíamos antes con una naturalidad que solo los grandes creadores saben aportar.

Todo empieza con una escena de Oriol Pla en solitario –un magnífico solo de clown, ejecutado a la perfección-, vestido con frac y preparado para el éxito. Pero parece ser que no encuentra lo que busca, y finalmente toma la decisión de hacer un nuevo espectáculo (un encargo, según dice él mismo) contando con su familia. Travy consiste, precisamente, en ver el proceso de creación de la obra, con sus dudas, sus malas decisiones (espléndido momento el de Il castel·lo maledetto), sus confrontaciones y sus resultados finales. Un proceso en el que se enfrentan dos estilos, dos maneras de ver el teatro… y también la vida. La clásica batalla integeneracional mostrada con todo el ingenio posible.

Travy habla, en el fondo, de muchas cosas… aunque la forma nos obligue a ir adelante y atrás, pensando que quizás el creador se ha perdido en un mar de ideas y situaciones aisladas. Pero pienso que todo tiene su sentido y su encaje, como el cañón del final, la sandía que acompaña al padre hasta el último momento (nunca mejor dicho), etc. Elementos que conforman una pequeña parte de la historia de los juglares de este país. Y si no, prestad atención a los momentos que os esperan en el vestíbulo cuando parece que todo se ha acabado… Un espectáculo indispensable que lleva más de seis años dando vueltas por todas partes y que nadie se tendría que perder.

El mundo de los clowns se quiere renovar y cambiar las antiguas maneras de las narices rojas. Es el hijo (Oriol Pla) quien propone hacer una creación con una nueva mirada.

Es una obra coral de una familia de artistas que trabajan juntos desde hace muchos años aunque algunos miembros de la misma dirigen también su vida artística en solitario. Vimos a Diana Pla en “Mis cosas y yo” hace un año en la Badabadoc. Era una obra difícil, atrevida y valiente en la que Diana desarrolla su mejor rol de clown femenino y nos demostró que era una excelente referente en este género.

Oriol Pla nació y creció en un ambiente de clowns y salió a escena con su madre cuando todavía era lactante. Su primera actuación fue a los seis años como payaso. No es de extrañar que su vida haya girado en torno al cine, la TV, el teatro y haya conseguido dos premios Gaudí y varias nominaciones.

Él es el guionista y director de “Travy” que hizo gira por todo Catalunya. En 2019 se presentó en el Teatre Lliure de Montjuïc y entre confinamientos y otros motivos no ha vuelto a ver la luz hasta el 2022 en la Beckett.

“Travy” está protagonizada por Quimet Pla (el padre), Núria Solina (la madre) Diana Pla y Oriol Pla (los hijos). Es un espectáculo en el que se mezcla la ficción con situaciones que simulan la realidad. Todo empieza cuando Oriol propone a su familia de verdad montar un espectáculo. Y nos regalan ver todo el proceso de creación en formato de teatro dentro del teatro delirante: diálogos del más puro estilo beckettiano, enredos familiares, clown, acrobacias y sobre todo, mucho humor. Es un espectáculo muy tierno en el que las verdades no duelen porque los roles familiares están muy bien establecidos y aceptados. El miedo al fracaso planea constantemente en la creación de la nueva obra pero la superación es inmediata. La relación familiar se mantiene firme e inalterable.

Además de las técnicas de circo, utilizan el teatro, el mimo (insuperable el de Oriol) y, con muy pocos elementos, el escenario se llena de vida y optimismo.

Es una obra para todos los públicos y muy adecuada para estos días. Los pequeños se fijaran en el movimiento y los cambios de escena. Los mayores en la ironía y el trasfondo que hay detrás de una creación de humor. Nadie debería perderse esta maravilla.

El tamaño de algunos espectáculos se convierte, en ocasiones, inversamente proporcional al efecto que producen. Es el caso de Travy, una excelsa propuesta con olor a homenaje. Homenaje al recorrido, las vicisitudes y la cotidianidad de una familia que lleva el teatro a la sangre, y homenaje al teatro mismo. Porque el teatro es eso: piel, emoción, intensidad, mensaje, estética, sorpresa, propuesta… Travy lo tiene todo. Qué suerte, qué placer, poder compartir momentos así. Amor por el teatro, por el teatro puro, sin artificios.

Como si tomaran la identidad de una familia de payasos italiana, de esas de caravana y carretera, Travy es el mote de los Pla-Solina. Los hijos, Oriol y Diana, han crecido leyendo el teatro como una forma de vida, escenarios arriba y abajo, de pueblo en pueblo, de la mano de Núria Solina y Quimet Pla, sus padres. El espectáculo yuxtapone los dos mundos, el familiar y el artístico, y surge de un encargo que el Teatre Lliure hizo al propio Oriol. Una carta blanca que decide compartir con los de casa, una especie de regreso de lo recibido. Y lo hace en compañía de Pau Matas, muy cercano a la familia. Su primer éxito, el Premi de la Crítica 2018 al mejor espectáculo de pequeño formato.

Y el guión, paradójicamente, se basa en esta propuesta: la creación conjunta de un espectáculo familiar. Qué locura… Empieza con la certeza por parte de Oriol de que lo más sano, el único remedio para no enloquecer en este mundo de monas, prisas e intereses, es dejarlo todo para volver a casa, a la esencia. Una primera escena por recordar, por enmarcar. Una exhibición del clown más puro.

Ya con la familia, la propuesta es bien recibida y, con entusiasmo, cada uno pone lo que tiene: la anarquía de una madre que relativiza el éxito porque esconde la verdadera felicidad; la elegancia y al mismo tiempo la crítica al teatro convencional por parte del padre; la necesidad de la hermana de hacer y deshacer a su libre albedrío, de romper convenciones, de experimentar; y la necesidad imperiosa del hermano de lograr un propósito, de organizar el caos, de cuadrar el círculo. Un juego de identidades cercano a la Comedia del Arte, con juegos de palabras ágiles y geniales, y con metáforas muy potentes que interpelan al público, que ahorran explicaciones. La inquietante sandía que el padre carga constantemente, sin apenas darse cuenta, con naturalidad, se convierte en un giro de guión memorable, que no te deja indiferente.

En definitiva, Travy es una creación, un espectáculo y una experiencia indispensable para cualquier amante del teatro. Una genialidad. Un regalo.

La familia es aquella entidad que reconforta, pero también atrapa y satura a veces. Estar juntos puede ser una alegría, y estar demasiado juntos demasiado tiempo puede crear un monstruo. Pero, ¿y si estar juntos hace sumar? ¿Y si potencia la creatividad?

Parece que eso es lo que pasa con esta obra, porqué pese el estruendo que se arma encima del escenario, la familia Pla-Solina no deja de mostrar un torrente de ideas y creaciones artísticas diferentes. En este relato, Oriol Pla y Pau Matas exponen la relación que tiene el primero con su familia. Fueron la familia Travy durante los años en que actuaron juntos bajo el paraguas del clown, el teatro folklórico y popular, pero Oriol decidió dejarlo y dedicarse a dramaturgias más serias. De esta comparativa entre dos maneras de entender el teatro y el arte habla esta producción que, aunque hay desencuentro en muchas ocasiones, no deja de transpirar estimación y respecto por el teatro, su tradición y su historia.

Todo empieza cuando Oriol visita la familia para proponerles montar un espectáculo juntos donde expliquen su realidad: la historia como juglares, sus disputas y como han ido cambiando o evolucionando cada uno. Él será el directo y entre todos lo crearán…pero no será tan fácil como se podía imaginar. ¿Será esta escena ficción o estará basada en un momento real?

El texto y la puesta en escena es una maravilla, alegría y gozo. La familia al completo, con sus peculiaridades genuinas cada uno, hacen pasar un rato divertido y entrañable al mismo tiempo. La rapidez de los diálogos, la espontaneidad fingida –pero creída por el público totalmente- y la fina línea entre realidad y ficción que se va desdibujando en cada escena, atrapan desde el principio. La espectadora cree que cada discusión, las pisadas de texto, los “accidentes” y las confesiones son reales. Pese a la locura que representa la obra, se traslada de manera muy sencilla una sensación de familiaridad y, sobretodo, de felicidad al público.

Es refrescante y muy interesante ver a Oriol Pla este papel de juglar, divertido y alocado, y el tándem con su hermana Diana es de lo más hilarante y surrealista. Pero es necesario destacar con especial emoción la interpretación de Quimet Pla y Núria Solina, los padres, que demuestran que han nacido para dedicarse al arte de entretener y emocionar.

Risas cómplices en el patio de butacas y la sensación de haber estado durante una hora con la familia, poniéndose al día de lo que ha pasado desde la última vez que se ha hablado y explicando qué se espera del futuro. Divertido y reconfortante al mismo tiempo.

Ahir diumenge vaig anar a la Sala Beckett a veure Travy, una de les propostes que vaig deixar escapar i he tingut la sort de poder veure-la en aquestes dates.

Per començar ens fan entrar a la sala per la part del darrere, ja veiem que no serà un espectacle "normal". És un espectacle que sembla que sigui tot improvisat, però tot el contrari. Té un gran text al darrere i és l'acomiadament d'una forma de veure el clown d'una família de clowns.

És un espectacle per riure, però pots acabar amb la llàgrima a punt d'explotar. Un cant alegre a la vida i a la mort.

Travy és un espectacle per una família d'actors i que s'estimen el que fan. Ho he pogut comprovar durant la funció com a la sortida quan es veu la carrera d'aquesta família de clowns i tot el que han realitzat.

Encantat d'aquestes frases sense sentit, dels moments de com s'ha de saludar al final de l'espectacle, de la màgia de fer una truita, d'un retrobament familiar. Fins i tot del canó que tenim a la pista i el simbolisme amb altre espectacle (això m'ho va comentar un amic de la família i que són copets d'ull a tota una vida de clown)

Al final diuen "Quantes coses que hem fet i com ens hem divertit!" i espero que sigui quantes coses ens queden per fer i que el públic ho pugui gaudir tant com ho vaig fer una tarda de diumenge.

Me l'havien recomanat moltes vegades, i quan es va estrenar per primera vegada, no en vaig trobar entrades. Aquest any, sí; l'he anat a veure al Teatre Romea un dilluns festiu en què la platea estava plena de gom a gom. I l'obra em va demostrar que som el que hem viscut des de petits. La família Pla-Solina està més avesada a actuar que a parlar; fins i tot esquiva les converses que s'han d'encarar quan s'han de fer per actuar. Ara bé, a l'escenari ens trobarem dues generacions diferents, una que creu que no cal canviar perquè sempre ho ha fet a la seva manera; una altra que pensa que tot ha canviat, que cal capgirar-ho tot per buscar uns nous llenguatges.

La barreja de tot plegat crea un caos artístic. No hi busqueu un fil argumental, perquè serà difícil que el trobeu. El que hi ha és una família sencera que s'expressa a través de l'art, amb un fill que intenta dirigir-los perquè cadascú s'expressi, però que, al capdavall, desisteix perquè entén que la seva família el que millor sap fer és fer el pallasso. I que així sigui per molts anys més.

Amor a les arts escèniques entre pares I fills.

Travy sorgeix d'una proposta que li fa el Teatre Lliure a Oriol Pla.

Oriol Pla dirigeix un espectacle de clowns en el que cadascú s'interpreta a si mateix.

És tracta d'una reflexió i homenatge entre el teatre i la vida d'una família on tots pertanyen al món del teatre. Ells són la família Pla-Solina, de nom artístic la família Travy. Quimet Pla (un dels fundadors de Comediants), Núria Solina (cocreadora de companyies com el Circ Cric), Diana Pla (actriu) i Oriol Pla (dramaturg i actor tot terreny), una família als qui agrada i estimen el teatre, i que ha tingut el teatre com a forma de ser i viure.

Travy és un espectacle íntim, dinàmic, ple de creativitat i molt metafòric. Una espècie de joc teatral on es barregen diferents estils i maneres de veure el teatre. Dues generacions, dos moments vitals.
Ficció i realitat que s'enllacen per crear un espectacle poètic, on es barreja text, música, treball corporal, acrobàcia i humor. Molt d'humor. Humor surrealista, humor negre, humor Intel.ligent.
Són dos mons que connecten, el teatre modern, el meta-teatre, la mímica, el clown, la performance amb el teatre de carrer, el popular, el joglar...

A Travy s'hi toquen molts temes, com el pas del temps, el teatre com a art, la família, l'evolució de la família, les relacions familiars, el llegat dels pares. Reflexions profundes fetes des de l'humor i l'amor.

No us la perdeu!

Existen muchas tradiciones familiares, pero pocas tan arraigadas como el oficio del actor, y eso es la familia Pla.

El Teatre Lliure apostó por el talento joven dando carta blanca a Oriol Pla para que escribiera y dirigiera lo que quisiera, y apostaron bien, porque es una delicia de obra donde se ve reflejada la vida, el teatro y la unión familiar.

Un espectáculo íntimo que mezla diferentes estilos y miradas teatrales y refleja el choque generacional entre el teatro de calle y el teatro moderno, pasando por el clown, el drama, el gesto, la comedia más pura e incluso el traslado de un clásico a la cotidianidad al recitar un Shakespeare cocinando una tortilla.

Una ventana al día a día de la familia, que se percibe de forma tierna, con una estructura alocada que, en ciertos momentos trastoca. Debes confiar en lo que vendrá, no plantear esquemas, porque la barrera entre la ficción, la realidad y la mezcla de ambas puede ser imperceptible.

Risas, sonrisas, lágrimas a flor de piel y una lección de vida de las que dejan huella. Una huella que va a quedar sobre toda persona amante del teatro que entre al Espai Lliure.

Tanto en teatro como en cine y televisión, Oriol Pla ha demostrado en diversas ocasiones que tiene un talento desbordante para la interpretación. La pregunta ante Travy era si sería capaz de plasmar esta sensibilidad e inteligencia suyas en un montaje personal co-escrito y dirigido por él. Para asegurarse el tiro, el actor ha tenido el acierto de apelar a sus raíces artísticas, incluyendo en el espectáculo a sus padres y su hermana, al más puro estilo circense. El resultado es una entrañable pieza de clown poético que, igualmente, sirve como homenaje a las familias de artistas como al mundo de las artes escénicas, en general. El montaje da una delicada lección intergeneracional donde tradición y modernidad van de la mano de la honestidad y los sentimientos. Imperfecta dentro de su pureza, el absurdo, el caos creativo y la belleza se combinan entre escenas de una peculiar cotidianidad familiar. La química entre los cuatro miembros de la familia es, claramente, su punto más fuerte, así como una cierta tristeza existencial que sobrevuela la propuesta al más puro estilo Samuel Beckett. Desde una sencillez magnética, los Pla-Solina consiguen hacerse querer (y mucho) en este viaje hacia ninguna parte que transita por la ingenuidad más ligera y la profundidad más sentimental sin forzar en ningún momento el rumbo. En definitiva, un bonito experimento hecho con ternura, intuición y generosidad que el espectador recibirá como un regalo de aquellos que llegan al corazón.

Ahir a l'Espai Lliure vam gaudir d'una deliciosa peça, un espectacle teatral que l'Oriol Pla Solina ha fet per a la família amb la família.

TRAVY és el nom d’una nissaga d’actors i actrius i és també el nom d’aquesta peça amb dramatúrgia de Pau Matas Nogué i Oriol Pla Solina i dirigida pel mateix Oriol, que s’estrena com a director.

Un joc metateatral on una família de pallassos fa un espectacle sobre una família de pallassos que fa un espectacle. Un espectacle on realitat i ficció s’entremesclen. On cada un dels membres de la família té les seves pròpies idees de com s’hauria d’aixecar l’espectacle.

Els quatre actors interpreten el seu propi paper, el paper que tenen en el si de la família, Quimet Pla (Olesa de Montserrat 1950) el pare, Núria Solina (Barcelona 1957) la mare, Diana Pla (Barcelona 1991) la germana gran i l’Oriol Pla (Barcelona 1993) el germà petit. El nom de l'obra ve del malnom que s'aplicaven els propis membres de la família quan es feien dir “la família Travy” com si és tractes d'una família de pallassos italiana.

Per aquesta família el teatre ha estat una forma de vida, el 1996 creen la companyia "Teatre Tot Terreny" i fan espectacles de teatre per a adults, infantils i de carrer. Des de petits els fills acompanyaven als pares que feien bolos pels pobles, fins que van decidir seguir el seu propi camí, la Diana en el món del circ i la dansa, i l’Oriol en el món del teatre (“Ragazzo”,”La calavera de Connemara”, el cinema  (“Animals” de Marçal Forés i “Any de Gràcia” de Ventura Pons)  i la música (“Be God Is”). 

TRAVY és una barreja de les dues esferes, la familiar i l’artística i mostra els conflictes que hi ha en els dos àmbits. Una proposta on cada membre de la família ha fet la seva aportació i que ha trigat un any a gestar-se. Esquitxada de comèdia de l’art i teatre gestual és un homenatge a la família i a un ofici.

La dramatúrgia ha estat compartida amb Pau Matas Nogué, amic íntim de la família, que ja va signar la seva primera dramatúrgia amb Oriol Pla i Quim Pla a l’espectacle “Odisseus” que vam poder veure a la Beckett la temporada passada.

La peça comença amb un genial treball de mímica d'Oriol Pla, on veiem el seu dia a dia, lluny de la seva ciutat, d'ençà que es lleva fins que torna a casa, amb una feina estressant que l'acaba duent a la bogeria i el fa decidir-se a deixar-ho tot, i torna a casa amb la proposta de fer una obra amb la família.

El contrast entre la resignada posició dels pares que són conscients que la vida té un final “Quantes coses que hem fet i com ens hem divertit!”, i aposten per respectar una manera tradicional de fer teatre, esplèndida escena la que protagonitza Quimet Pla preparant una truita mentre recita Hamlet, la filla que aposta per un teatre performatiu i entre ells l'Oriol que intenta trobar la formula per mantenir l'equilibri i oferir un espectacle que agradi als espectadors. Impagable el moment on contrasten les formes com saludaran al final de l'espectacle.

En Quimet Pla porta una síndria als braços durant tot l'espectacle, al final hem sabut el motiu, que no desvetllem per no fer espòiler i que forma part del gir argumental de la peça que deixa al públic literalment bocabadat.

Una proposta rodona, d’una gran sensibilitat i tendresa que cal veure. Un imprescindible d’aquesta temporada.

Per veure la resenya original, només cal clicar en aquest ENLLAÇ

Cuando a Oriol Pla le dieron carta blanca para montar un espectáculo en el Teatre Lliure decidió hacerlo con su familia y en la sala pequeña, cosa que demuestra una clara voluntad inicial de trabajar desde lo íntimo y lo personal.

La obra comienza con un ingenioso número de mímica de Oriol Pla donde vemos cómo el éxito profesional lo lleva a un estado de locura. Así volverá a casa con el objetivo de montar un espectáculo conjunto con su familia.

El contraste entre los distintos miembros de la familia, además de una gran colección de situaciones cómicas, pone sobre el escenario temas como la emancipación de los hijos o el relevo generacional en las artes escénicas.

Los personajes de los padres, Quimet Pla y Núria Solina, representan una forma de teatro basada en la tradición juglar y la comedia del arte. Dos personajes crepusculares y nostálgicos que buscan maneras de pasar el tiempo mientras presencian el fin de su era. Dos muñecos rotos capaces de transportar al espectador de la mayor carcajada al drama más íntimo en cuestión de segundos.

La hija, Diana Pla, sin embargo, se presenta en conflicto constante con sus progenitores. Su necesidad de romper con la tradición y salir de clan le lleva a buscar nuevas formas de expresión, propias del teatro performático. Mientras tanto, el director de la obra trata de poner un poco de orden en este gran kaos sin lograr ningún éxito.

El resultado de todos estos ingredientes es una obra metateatral muy personal y llena de ternura. Un ejercicio de generosidad de la familia Travy al compartir su intimidad y su forma de ubicarse en el mundo con todos nosotros. Una delicia escénica que ningún amante del teatro debería perderse.