Oriol Pla es uno dels talentos más cotizados en nuestro país. Después de logros escénicos como Ragazzo, se rodea de su familia al completo para recuperar el aplaudidísimo espectáculo Travy.
El proyecto fue un encargo del Teatre Lliure, que en 2018 le dio carta blanca para crear lo que le apeteciera. Hizo una apuesta por la familia y la humildad, con los suyos y la pequeña. Y es que la familia Pla no puede generar más interés: Quimet Pla fue fundador de Comediants, Núria Solina lo fue del Circ Cric, y Diana Pla tiene una corta pero intensa trayectoria en el cine y en los escenarios. Y Travy es un homenaje a todos ellos, y un canto de amor a las familias de teatro y circo. Era de justicia que esta maravilla intergeneracional volviera a la cartelera, y donde mejor que en el escenario de Beckett, que este año dedica su eje temático a los modelos de familia y su papel social.
La dramaturgia de Pau Matas y Oriol Pla, que también dirige, nos mostrará con humor y mucha poesía cómo viven el oficio una pareja de clowns ya mayores, cuyos hijos quieren volar solos. Todo en el espectáculo respira en casero. El título de la obra, de hecho, viene de un juego infantil y de un apellido materno: «Cuando mi hermana y yo éramos pequeños, menores de diez años, hacíamos un rudimentario espectáculo entre todos y nos bautizamos como la familia Travy». También es una oda a un formato de compañía en peligro de extinción: “queríamos hablar de las familias de teatro o circo que ya no existen. Son juglares obsoletos, como los cuentos de caña y cordel, en un mundo que va demasiado rápido”.
Los espectadores conocerán a una pareja veterana de clowns, en un montaje metateatral que «va hacia el humor absurdo, hacia un no lugar y un no tiempo», cuyos personajes «intentarán organizar el caos artístico, que puede ser muy desesperante, pero también encantador». Lo mismo te arrancarán las risas recitando a Shakespeare mientras cocinan una tortilla como te harán llorar a lágrima viva. Esta familia pone las emociones a flor de piel.
