Hemos visto en los últimos años a Roberto G. Alonso actuando para otros (A mí no me escribió Tennessee Wiliiams, El gran teatro del mundo, Els homes i els dies), involucrado en proyectos de cabaré (Cabaré 13, Laberitnt Streaptease, Jo travesti) o bien dirigiendo el movimiento o las coreografías de algunas obras de texto (Afanys d’amor perduts, L’hort de les oliveres). Serían innumerables los espectáculos en los que se ha visto inmerso, de una forma o de otra, en los últimos años. Pero todo esto no nos tiene que hacer olvidar los orígenes: de donde sale el artista, la compañía de danza que crea hace más de 20 años, etc. Y es que por encima de todo, Alonso es uno […]
Carles Armengol Gili
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