Con un comienzo espectacular, el actor aparece como un trabajador del T Lliure y, como un amigo que encontramos en la puerta, nos cuenta su relato. El que vaya al teatro a buscar historias con finales redondos o tenga expectativas a medida que va avanzando la obra, se va a sentir frustrado o se ha equivocado de pieza. Con este monólogo de Josep Julien, magníficamente interpretado por Santi Ricart tienes que dejarte llevar, debes disfrutar de las situaciones a veces inquietantes, a veces ridículas a las que nos lleva el protagonista que sólo deja el pedazo de escenario iluminado para ir al baño, encender un cigarrillo o contar la historia de un personaje que interviene en la historia. Como pensaba […]
Roser Garcia Guasch
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