Basado en unos hechos reales que ocurrieron en Estocolmo en 1792, el asesinato del rey Gustavo III, Verdi escribe esta obra que se estrena en Roma en 1859 situando la historia en Boston ya que era difícil que se aceptara en Nápoles un magnicidio y una infidelidad a tal alto nivel. Bajo la dirección de Jacopo Spirei, la elegante producción de Graham Vick utiliza una sencilla escenografía cargada de simbolismo. El gran monumento funerario que va cambiando de posición ayudado de unas carras giratorias demuestra la tragedia que rodea a toda la obra, siendo la muerte el elemento principal. Es inevitable compararla con la que recordamos de Calixto Bieito del año 2017, mucho más llamativa en el vestuario y las […]
Roser Garcia Guasch
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