Si una cosa podemos tener clara después de ver este espectáculo es que el hábitat de la juventud actual no es sólo la calle, o las discotecas, o los afters, sino el espacio virtual que conforman las redes sociales. Seguimos teniendo jóvenes perdidos, desarraigados o confundidos, como en generaciones anteriores, a pesar de que ahora la impersonalidad de las nuevas tecnologías acaba agravando o sobredimensionando los problemas. Ante esta premisa, un grupo de autores ha construido varios textos que Roger Torn se ha encargado de dramatizar y dirigir. El resultado tiene momentos interesantes y escenas visualmente potentes, pero la creación grupal no ayuda a desarrollar un proyecto coherente ni sostenible. Tenemos diálogos crispados, situaciones extremas, utilización de móviles y tablets, muchos gritos… e incluso […]
Carles Armengol Gili
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