El gran mérito de Nao Albet y Marcel Borràs es la libertad que siempre han tenido para hacer el teatro que les apetecía. Sin ligarse a nadie ni a ninguna idea preconcebida, llevan ya 15 años llenando los escenarios con monjas asiáticas, filósofos, skaters, atracadores o falsificadores de arte. Se les ha catalogado de gamberros o incendiarios, pero detrás de la estridencia o el disparate encontramos un dominio cada vez más grande de la dirección escénica. Sus ideas parecen no tener fin, ni fronteras, y ya hartos de hablar de mil y una cosas… ahora hablan de ellos mismos. Y lo hacen, como no podía ser de otra manera, sin filtros y con toda la desvergüenza del mundo… aunque esta […]