Tal como se dice en algún momento de la obra, todo el mundo quiere un trabajo pero a nadie le gusta hacerlo. De todos modos, hay trabajos y trabajos… y en este espectáculo se habla de los más inútiles, absurdos e improductivos, con la intención de acabar demostrando que el mercado laboral está formado, en un porcentaje más alto de lo que podría parecer, por ocupaciones prescindibles. En definitiva, una buena manera de observar como el sistema malgasta esfuerzos, dinero, conocimientos y habilidades, seguramente con la oscura intención de que el mismo sistema siga funcionando y alimentándose de sus propias absurdidades. La compañía La Calórica sintetiza muy bien el tema a través de cuatro episodios y algunos pequeños monólogos introductorios. […]
Carles Armengol Gili
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