Un grupo de hombres primitivos persigue un mamut en una cacería. Esta imagen preside el último espectáculo que hemos visto de la compañía chilena La Re-sentida, la misma que nos trajo Paisajes para no colorear y Oasis de la impunidad. Se trata de una imagen enorme, feroz, que resume el tema del espectáculo y que avanza la brutalidad que nos mostrarán a los pocos minutos de empezar los siete actores adolescentes que lo protagonizan. Una brutalidad que les viene impuesta o heredada. Una masculinidad tóxica con la que, tal como iremos viendo a lo largo de la obra, no se identifican… pero en muchos casos se ven obligados a aceptar. Si con su primer espectáculo la Re-sentida reunía un grupo […]