No se puede negar que la trilogía Tot pels diners ha sido una de las experiencias más comentadas e interesantes de la temporada teatral en Barcelona. Aplaudí la osada Mammón y me emocionaron algunas partes de Cleòpatra, a pesar de ser obras que sólo tenían en común un personaje y un tema… que los autores utilizaron casi como mcguffin. Con L’onzena plaga, sin embargo, no encuentro ni el pretexto, ni me creo las situaciones o los personajes. ¿Cómo se puede hablar de okupas y desahucios con un pastel de Escrivà encima de la mesa? Además, ¿qué ha ocurrido con Dylan Bravo y su gran carisma? ¿Dónde está? Es cierto que tenemos un montón de personajes que hablan continuamente de dinero, que […]