La normalidad ha sido siempre un signo tranquilizador, de integración en el grupo, en el clan, en la comunidad. El diferente siempre tendrá problemas, hay que reconducirlo, hacer ver al zurdo que escribir con la derecha le facilitará la vida, aceptar el sexo que te ha tocado te permitirá ser más feliz. Así piensa Lorena, una coach, influencer con muchos títulos (de no se sabe muy bien de qué) en el extranjero y con muchos seguidores a quienes promete una vida nueva que comienza. Ella es una orientadora de identidad que hace buscar a los pacientes su propio yo, la causa de su confusión, sanarles las heridas que los han llevado a la homosexualidad o disforia de género. En su blog va animando a sus seguidores con “hoy comienza un mundo nuevo”. Ella es Roser Batalla, brillante, con un dominio del escenario que sólo puede darlo la experiencia profesional y el talento artístico. Se le cruza una persona que cuestionará su trabajo y su ideología. Ella es Anna Tamayo, la fuerza, la vitalidad, la energía para cambiarlo todo. Ella también quiere que empiece un mundo nuevo y lo hace con todas sus fuerzas y recursos y una excelente interpretación.
Raquel Loscos ha escrito un texto inteligente, a veces inquietante y perturbador pero que de una manera valiente pone una frente a la otra dos posturas antagónicas pero que en algún momento se miran se creen y se entienden.
Bajo la dirección impecable de Jaume Viñas, el texto va girando en medio de relámpagos, truenos, tormenta y apagones de luz que hacen aparecer las debilidades de cada una y también, lo que las une como personas.
La originalidad de la puesta en escena, el movimiento de las dos actrices, el acompañamiento del ruido de los truenos y del agua aleja el texto de la escena y lo conduce paulatinamente hacia la reflexión profunda huyendo de superficialidades y maniqueísmos. Es un tema conocido pero llevando al límite el pensamiento y la consciencia.
