Hay muchos estilos de comedia y muchos recursos diferentes para hacer reír al público, pero siempre he pensado que cuando los actores (los actores, no los personajes) se ponen a reír en escena para buscar la complicidad de los espectadores quiere decir que algo no funciona… Sobre todo si el recurso es postizo y buscado, como parece que pasa en este montaje de Prefiero que seamos amigos, obra del humorista francés Laurent Ruquier. Una obra que no disimula su débil punto de partida ni su errática evolución, pero que seguramente funcionaría si se hubiera tomado más seriamente y no como una antigua revista de Lina Morgan, donde sí estaban permitidos y aceptados determinados recursos que aquí rechinan un poco. No se puede negar que Lolita tiene […]
Carles Armengol Gili
796 Recomendaciones