Bruno Oro: Immortal

Bruno Oro afronta el seu primer espectacle en solitari amb Immortal, una visita divertida i profunda per tots els racons de la vida eterna. L'obra parteix d'una idea del mateix artista, qui ha confiat en Alejo Levis i Marc Angelet per a l'escriptura del text i la direcció. Els dos han sabut elevar el llenguatge còmic de Bruno Oro a la màxima potència. Han teixit l'espectacle com un tiki-taka de personatges que, en un futur, s'enfronten a la immortalitat: pares i fills, matrimonis que conviuen durant segles, veïns que es troben al metro...El fregolisme de l'actor arriba a nivells sorprenents quan manté converses entre cinc o sis personatges diferents, tots interpretats amb una admirable riquesa de matisos.

El ritme no decau en cap moment. Alguns passatges són d'una d'hilaritat absoluta, com el cap de màrqueting del Vaticà, que aconsegueix fer esclatar el riure entre el públic amb disbaratades diapositives motivacionals. D'altres agafen un to més reflexiu i oxigenen la marxa frenètica de l'obra. La mateixa Mort protagonitza algunes de les escenes més enginyoses d'Immortal, quan manté una conversa telefònica amb un operador de telefonia que la vol ajudar a sortir de la depressió que la subjuga des que la societat ha decidit optar per la vida eterna.

La productora Hause & Richman, liderada pel dramaturg Jordi Casanovas, comença l'activitat de la millor manera possible. Haurem d'estar atents a totes les seves propostes!

PD. Aquells qui us vau enamorar del sentit de l'humor de Vinagre, el programa d'sketchos que feia juntament amb la Clara Segura a TV3, xalareu d'alegria.

El monólogo cómico, más allá de la disciplina del stand-up que en nuestra cartelera todavía tiene pendiente modernizarse y abrirse más a mujeres y minorías, ofrece todo un universo de posibilidades aún sin explorar, en parte, por falta de interés, en parte, por un injusto desprecio al género mismo. Afortunadamente, nos van llegando, de vez en cuando, propuestas innovadoras, diferentes y arriesgadas como este Immortal que, prejuicios aparte, ha resultado una agradable sorpresa. El talento humorístico y camaleónico del actor Bruno Oro ya lo conocíamos gracias a la televisión y otras obras como Polònia: El musical. Sin embargo, es verdaderamente estimulante ver la entrega interpretativa, la energía y el acierto con el que domina el ritmo, el tono y la historia que nos explica en este espectáculo. Dirigida por Marc Angelet, también autor del texto junto a Alejo Levis, el montaje es todo un recital actoral que parte de una premisa audaz para ofrecernos todo un abanico de divertidos personajes que se enfrentan a un mundo futuro donde la muerte ha dejado de existir. Ingeniosa, bien planteada y con pinceladas existenciales, la obra incluso se atreve a desdoblar ficción y realidad aportando todavía más capas y lecturas a la ya de por sí compleja estructura. De este modo, más allá de que no todas las escenas son igual de efectivas, Angelet sabe encontrar un loable equilibrio entre la distopía, la sátira costumbrista, la reflexión filosófica y el entretenimiento ligero, con la complicidad de un actor en estado de gracia que, no sólo sostiene el conjunto, sino que lo sabe hacer funcionar a la perfección.

Partiendo del tema de la inmortalidad humana, este ingenioso texto cómico toma ideas y arquetipos sobre la vida y la muerte para tratarlos desde el absurdo y generar una serie de escenas y personajes hilarantemente cómicos.

Bruno Oro es el encargado de dar vida a este texto de Alejo Levis y Marc Angelet, manteniendo un ritmo ascendente pero justo durante toda la hora que dura la función.

Transita de un personaje a otro con gran maestría. Personajes que nos remiten directamente a nuestro imaginario colectivo, como la muerte, la pareja enamorada en la televisión, el adolescente que no se marcha de casa de sus padres o el creativo publicitario en el Vaticano, son tratados ingeniosamente en el contexto de la inmortalidad humana, generando una serie de situaciones tan ocurrentes como absurdas.

El diseño de espacios, luces y vídeo también ayuda a representar de forma minimalista y efectiva esta disparatada distopía.

Por mucho que plantee una ligera reflexión sobre la inmortalidad, ¿Seguro que quieres vivir para siempre?, y esto le dote de los momentos de pausa necesarios, no se pierde en existencialismos y se centra siempre en su principal objetivo, sacarle todo el jugo al lado más absurdo de la eternidad humana.

Qué gusto poder ver una comedia original, ingeniosa y sin más pretensiones que esa, la de reír hasta morir.

Imagina que gracias a comerte una especie de osito de chuche te conviertes en eterno al paso del tiempo. Con esta premisa empieza la propuesta teatral Immortal, protagonizada por Bruno Oro. Bajo esta nueva realidad, el texto y sus múltiples personajes navegan a través de esta reflexión filosófica, ¿queremos ser inmortales? ¿Realmente nos aportaría felicidad? ¿Mejoraría nuestra existencia?

Esta obra es 100% Bruno Oro, nos muestra su habilidad acaparadora para intercalar los diferentes personajes “brunororianos”, que ya conocemos de sus trabajos anteriores, y que ara se unen para mostrar al público esta narrativa. Entre los momentos humorísticos que hacen estallar de risa a toda la sala, el texto no se olvida de hacer alguna crítica implícita a situaciones actuales –como, por ejemplo, la proliferación de pisos turísticos en Barcelona- que produce en los espectadores más de un aplauso reivindicativo.

El texto está tramado de manera inteligente, con un ritmo vertiginosos que va creciendo a medida que van pasando los minutos. Sin la capacidad de Oro para interiorizar los personajes y sus palabras, frenéticas y contrapuestas, las unas de las otras, no se podría conseguir atrapar al espectador y dejarlo exhausto –como él acaba la obra- con tanta intensidad.

El minimalismo que rodea la puesta en escena es todo un acierto, porqué ayuda al protagonista a exponer sus reflexiones, pero sin interferir en aquello que es realmente importantes: las palabras.

Immortal tendría que ser esta manera de hacer teatro, dejándose la piel en cada interpretación al mismo tiempo que se busca impregnar a todo el público de un trasfondo reflexivo y autocrítico.

Estreno del nuevo espectáculo de Bruno Oro. Parece que todo tiene que salir bien pero parece que al final no es así. Es una obra que partiendo de una premisa (la inmortalidad) y con el texto de Alejo Levis / Marc Angelet y la dirección de Marc Angelet nos ofrecen un montón de personajes que gozan, sufren y se enfrentan a la gran celebrada inmortalidad.

Volvemos a un nuevo espectáculo de monólogos y donde tenemos que reír, ya que es lo que se ha venido al teatro. Siempre que voy a uno de estos monólogos me temo lo peor (ya veces así ha sido), pero esta vez no. La verdad es que el desdoblamiento en la multitud de personajes del Bruno me ha gustado.

Al parecer es el primer espectáculo en solitario de Bruno Oro, aunque parece que la he visto más de una vez en solitario. Es lo que hace verlo en la TV en los gags de los diferentes programas de TV3.

Como el osito de golosina que es el inicio de este viaje, me ha parecido delicioso. A pesar de tener diferentes momentos de alto y bajos, lo cierto es que la forma en que nos ha presentado esta inmortalidad ha sido muy eficaz.

Con un ritmo inicial algo lento, poco a poco va creciendo y entonces no decae en ningún momento. Con personajes, momentos y con el invitado de la Muerte, el texto no decae y genera alguna de las escenas que seguramente recordaremos.

Y sobre lo sucedido durante la estrena? en el enlace

Aquest dijous ens vam apropar al Teatre Club Capitol per veure el primer "solo" teatral de Bruno Oro en una comèdia creada per Marc Angelet i Alejo Levis.

IMMORTAL és una comèdia dramàtica futurista on Bruno Oro interpreta diferents personatges abocats a la immortalitat. Personatges molt reconeixibles als quals el fet de saber-se immortal els fa viure la vida d'una altra manera. Personatges que gaudeixen, pateixen o s’enfronten a la immortalitat.

Bruno Oro, al que hem vist treballar en 2013 a "La Rosa Tatuada" al TNC, i en 2015 a "Polònia, El Musical" al Teatre Poliorama, a banda de les incomptables ocasions en què l'hem vist a la televisió,  a "Polònia", interpretant a l'Artur Mas o l'Angel Acebes,  ens ha tornat a sorprendre per la seva gran versatilitat en la interpretació maratoniana d'un munt de personatges, en una hora de representació.

Segons ha comentat Marc Angelet, coautor del text i director de la proposta, va ser en Bruno Oro qui va proposar escriure sobre el tema de la immortalitat abordant-lo d'una forma divertida i profunda alhora, generant moments dramàtics i d'altres còmics. Tot un repte que els autors van acceptar.

Tot un repte per l'actor que amb un ritme trepidant interpreta un munt de personatges canviant el gest, la veu i el moviment sense pausa. Una proposta que comença amb un ritme potser massa lent, malgrat que per sort s'ha accelerat i ha anat guanyant força a mesura que avançava la representació, amb una segona part realment extraordinària.

Nosaltres no som massa d'anar a veure monòlegs còmics, perquè s'allunya del teatre que més ens fa "trempar", però hem de reconèixer que aquest actor, en Bruno Oro, té unes capacitats increïbles per interpretar diferents papers, fer imitacions molt creïbles i canviar de registre a cada frase ... o inclús com en les escenes finals aquest show, gairebé a cada paraula. El seguim des dels seus inicis i hem de reconèixer que sentim una especial admiració pel seu treball.

Aquest espectacle, té algunes escenes impagables com la del metro, la diva-mort parlant per telèfon desesperada perquè es troba a l'atur o la visita al Vaticà i també algunes referències amb molt mala bava sobre temes d'actualitat com el del procés català, o les obres de la plaça de les Glories que continuaran inacabades d'aquí a dos segles.

Un final realment magistral a ritme frenètic, quan l'actor decideix abandonar el xou i és "atacat" pels personatges que un darrer l'altra s'hi neguen.

Molt recomanable si el que es desitja és passar una bona estona.

Per veure la ressenya original, només cal clicar en aquest ENLLAÇ