Ha habido discursos muy importantes al largo de la historia: Martin Luther King, Churchill, Stalin o Obama, por ejemplo. Y todos tenían detrás a alguien que tenía la capacidad de escribir y decir aquellas palabras que marcarían un antes y un después. Literariamente, si alguien sabe escribir discursos grandilocuentes para personas con poder, ese es William Shakespeare. Fue el artífice de las palabras, entre otros, de Eduardo III y los diversos Enrique y Ricardo. Imaginaros, que estos creadores de discursos, estas musas, tuvieran como tarea escribir el discurso del rey Felipe VI el día 3 de octubre. Exacto, aquel discurso que marcó, en cierta manera, un punto de inflexión después del referéndum del 1 de octubre de Cataluña. Pues precisamente, […]
Sílvia Moreno Palomar
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