Emocionada y conmovida, así se sale de esta producción. Habiéndose creado una pequeña comunidad entre el público y las intérpretes, entre los sentimientos de cada espectadora y la historia que se muestra encima del escenario. Una sensación que, días después, aún acompaña a cada persona que pudo vivir aquel momento.
Carmen e Isabel son las protagonistas de este relato, pero podrían ser decenas más, porqué esta obra se inspira en una historia real. Nos ubicamos en 1969, en pleno franquismo, cuando dos profesoras de una escuela religiosa se enamoran. No solo viven el secretismo que tiene que envolver su relación para poder continuar viviendo tranquilas, sino que también viven el ser juzgadas por aquellos que lo intuyen o el miedo por una relación que les han dicho siempre que no es “normal” y que no está bien. Pasan los años y vamos viendo como se desarrolla su relación a través de muchos obstáculos, algunos, incluso, irreversibles.
El texto es una maravilla, con una ternura y estimación exquisitas. Àfrica Alonso Bada, la autora, nos transmite todas las emociones de las dos protagonistas, encajando las canciones de manera magistral al relato. La conexión entre el público y lo que pasa en el escenario es instantánea y se va haciendo más íntima a medida que avanza la narración. Canciones delicadas y desgarradoras, compuestas por Alonso y Andrea Puig Doria, van construyendo una historia bonita, pero al mismo tiempo dura y muy injusta. Momentos duros que arrancan lágrimas a la espectadora y otros tiernos que esbozan una sonrisa en la cara de todo el público.
La química entre las dos protagonistas es innegable. Àfrica Alonso (Isabel) y Júlia Jové (Carmen) nos enamoran mientras sus personajes lo hacen también. Y sus voces traspasan la piel hipnotizando en cada nota, transportando cada sentimiento en cada palabra proclamada.
Con una puesta en escena sencilla, cuatro objetos necesarios y música en directo con una guitarra y un violoncelo, se crea el marco perfecto para esta producción.
Público e intérpretes se convierten en un todo que aguanta la respiración y se emociona con cada línea de texto, con cada melodía. Y todo eso da esperanza, porqué en un momento concreto todas nos unimos para afrontar el dolor, pero también la magia del amor en todas sus formas.