La identidad de una persona siempre ha sido un motivo de reflexión, debate político y polémica social. ¿Qué conforma la identidad? ¿Los orígenes? ¿La confesión religiosa? ¿El apellido familiar? ¿A quién le importa dejar constancia exacta de este factor que forma parte de una persona? Aquello que realmente necesita el ser humano es tener un sentimiento de pertenencia, quiere sentirse conectado a un legado que explique su presente y le de sentido a su vida. En La tercera fuga Victoria Szpunberg hace un repaso por los 100 años de historia de una familia marcada por el exilio en tres épocas concretas. Tres generaciones que han dejado su vida y familia atrás, Ucrania en 1920, Buenos Aires en 1970 y Barcelona […]