“Si eres un refugiado estás muerto, aunque sobrevivas”. Esta es una de las frases de esta obra y es una de las tantas que se te quedan grabada a fuego en la cabeza mientras vas viendo todo el montaje y que vas pensando y reflexionando cuando ya estás fuera del teatro. Y no te lo puedes quitar de la cabeza. Te distraes, se va, pero vuelve. Así no empieza esta producción, sería demasiado sencillo poner ante el público una verdad tan real que muchos podrían rechazar y apartarla rápido. Estas palabras llegan cuando se ha creado un contexto con el texto y el montaje sobre el escenario que prepara a la espectadora para entender, más que nunca, el peso que […]