Bien es sabido que el pecado moral, los cánones de belleza, los roles laborales o la definición del éxito no son más que parámetros sociales. Sin embargo, la mano que los ha orquestado -el poder, la tribu, la iglesia, la pornografía y tantos otros- ha sabido sumergir estas convenciones y modelos arbitrarios a la categoría de verdad universal y crear, dicha sea de paso, grandes damnificadas: las mujeres. Las mujeres que han existido en función de y no como una entidad propia. Las mujeres a quienes se les ha arrebatado el placer o a las que se les ha obligado a satisfacer el de los otros. Las mujeres-útero, las mujeres-florero, las mujeres-objeto; las Barbies, las maniquíes, las muñecas inflables. Todas […]
Mariona Rebull
108 Recomendaciones