Julio Manrique abre temporada como director del Lliure con La gaviota de Anton Chéjov: la pieza fundacional del drama moderno y emblema del Teatro de Arte de Moscú. Un encuentro veraniego será el inicio del fin de un mundo y del nacimiento de una nueva sensibilidad artística.

Sinopsis

Estrenada con un fracaso estrepitoso en 1896 en San Petersburgo, La gaviota se convirtió en solo dos años, dirigida por Konstantin Stanislavski, en el primer gran éxito del Teatro de Arte de Moscú. Manrique vuelve a Chéjov (tras dirigir Les tres germanes y encarnar a Vania) para hablar del arte y del amor, de las formas nuevas y las formas viejas. O, simplemente, según Stanislavski, para intentar “llevar la vida del alma al escenario”.

Duración:
120 minutos

Idioma:
Catalán

Sinopsis

Ficha artística

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Fotos y vídeos

Opiniones del espectáculo 6

Recomendaciones Teatre Barcelona

Espectadores/as

Sílvia Moreno Palomar
Teatre Barcelona

Fascinante complejidad

La búsqueda de la propia esencia, el espíritu de superación, el deseo de llegar a superar a alguien o de hacerse un nombre. El aburrimiento, el privilegio, el egocentrismo, la desesperación, la tristeza o la falta de sentido. Hay muchos elementos que hacen que una persona elija un camino u otro, donde centrar sus esfuerzos y sus objetivos. Al final, la individualidad y el orgullo, muchas veces, acaban produciendo finales inesperados.

Es verano y la familia y los amigos que forman esta obra se reúnen en una casa al lado de un lago. Allí se encuentran unas personas no muy contentas con su vida, aunque lo aparenten, que se han conformado con aquello que tienen o creen que pueden tener. Pero la insatisfacción los hacer ser mezquinos e insensibles con el resto la mayoría del tiempo, se aprovechan de los más vulnerables y ponen por delante sus ideas y necesidades sin ver a quien tienen a su lado. Tampoco les importa.

Este texto de Chéjov de 1896 es llevado a un escenario actual por Julio Manrique para explorar y demostrar que la esencia de la complejidad humana es común i trasladable a cualquier época. No se modifica ni un apéndice del orgullo y el egoísmo innato de ser humano, igual que tampoco cambia la necesidad del individuo de ser aceptado y validado por su alrededor.

Fascina la capacidad que tienen Manrique para crear un espacio teatral que sea totalmente audiovisual y cinematográfico. Consigue con el diseño sonoro y la distribución escenográfica crear profundidad de campo de cara al espectador/a, al mismo tiempo que deja vivo el espacio y la experiencia. En este marco perfecto navega el texto de Chéjov que engancha y absorbe al público, en una entrega total para escuchar y saber cada una de las historias que se esconden detrás de cada personaje.

Un reparto espectacular recrea las emociones y la dualidad de pensamiento y sentimiento que expresan sus palabras. Con anhelo y esperanza, pero también con cierta amargura y confusión por el futuro, cada personaje afronta con las herramientas que tiene sus dudas.

De manera orgánica, con una naturalidad y química que parece realmente la construcción a través de una relación de años, los y las intérpretes manejan las reacciones de sus personajes ante los demás con destreza y mucha verdad. Cristina Genebat y David Selvas, hipnotizan y atrapan a la espectadora con su actuación. Desaparecen tras sus personajes y su verdad se convierte en una tristeza compartida al mismo tiempo que solitaria.

Una adaptación que atrae y queda insertada en el recuerdo por mucho tiempo. Una auténtica maravilla fascinante, que se tienen que ver y apreciar cada uno de sus detalles, porqué todos, todos, son realmente importantes.

20/10/2024 - Teatre Lliure – Montjuïc
Carles Armengol Gili
Teatre Barcelona

Otra gaviota, por favor

Con los años, los escenarios barceloneses han visto varias versiones de La gavina. Yo recuerdo dos, diametralmente opuestas: la clásica y ostentosa de Josep Maria Flotats y la minimalista de Àlex Rigola. Las dos tenían puntos a favor, y sobre todo tenían el espíritu de Chejov en su interior. Ahora, una cuántos años después, ha vuelto a pasar el milagro y ha aparecido esta versión del Lliure que vuelve a tener el ADN chejoviano, a pesar de aparentar ser una obra de ahora mismo (grandiosa adaptación de Marc Artigau, Cristina Genebat y Julio Manrique, también director del montaje).

La gavina rezuma tristeza desde su mismo inicio, y es un sentimiento que recorrerá la obra de arriba abajo. No es una cosa nueva en Chéjov, que sabía trasladar el malestar de la sociedad y la angustia del ser humano a todas sus obras. Aquí nos habla de una juventud airada y rabiosa –el mal de la juventud, que diría Bruckner-, de la salud mental, del salto generacional, de la crisis –en las obras del autor ruso siempre se habla de dinero-, de un nuevo lenguaje para el teatro, de la vanidad, etc. Temas muy amplios y variados que encajan a la perfección en esta familia supuestamente acomodada que veranea cerca de un lago…

La puesta en escena de Julio Manrique se nota estudiada y meditada. Nada está por qué sí, ni nada falta. A pesar de la desnudez inicial, pronto veremos como una barbacoa, cuatro muebles, o una cama de hospital son suficientes para acompañar el grupo de personajes. Un grupo del que destacan Irina, interpretada por una inspiradísima Cristina Genebat, y su hijo, al que Nil Cardoner sabe dar toda la energía y el empuje que necesita el personaje. A su lado, un nutrido y correctísimo reparto, del que resalta sobre todo un pletórico David Selvas. Creo que su Sorin tiene toda la ironía y toda la humanidad que requiere el personaje, consiguiendo momentos de una gran sensibilidad.

Estamos ante un espectáculo potente, enorme. Un montaje que no traiciona a Chejov –esto ya es una gran virtud- y que acerca el autor ruso a nuestro tiempo de una manera orgánica, natural. A pesar de que alguien todavía no se lo crea, Anton Chejov todavía está vigente y todavía sabe hablarnos de la vida y de todos los escollos que presenta.

13/10/2024 - Teatre Lliure – Montjuïc
Júlia Duran
Teatre Barcelona

La vida de l’ànima a l’escenari del Lliure

La Gavina d'Anton Txékhov es tracta d'una obra essencial pel drama modern. Escrit el 1896, el text ens proposa conflictes romàntics i artístics, que encara són vigents avui en dia. A més, ens ho posen fàcil, ja que l'obra es percep com si fos en l'actualitat: els personatges es mouen i es vesteixen com avui en dia, fins i tot tenen mòbil. Una aposta que aconsegueix connectar més fàcilment amb el públic.

L'acció es desenvolupa en quatre actes, en quatre escenaris diferents que Lluc Castells ha portat a escena d'una manera magistral. Comencem amb un espai buit, d'aquell que també ens parlarà el jove Kostia a un nivell més filosòfic. A mesura que avança la trama són els mateixos actors que, amb l'ajuda dels tècnics, van omplint i variant d'elements l'espai amb l'escenari il·luminat i sota la mirada del públic. Una decisió molt encertada tenint en compte que és una obra de teatre que ens parla del teatre. D'aquesta manera, el públic no només veu l'obra, sinó que també és testimoni de "com" es fa l'obra de teatre. Cal destacar també que la il·luminació i el so aconsegueixen a la perfecció crear l'atmosfera idònia en cada moment. És d'aquelles obres en les quals es confirma que cada especialitat és imprescindible per aconseguir un resultat d'aquest nivell.

Les interpretacions sota la direcció de Julio Manrique són un clar exemple d'intèrprets compromesos amb el text i amb allò que els ocupa a cada moment i, connectats amb l'acció present. En algun moment costa empatitzar amb els personatges perquè ens trobem en un escenari molt gran, amb públic a tres bandes, per tant, inevitablement, els actors a vegades estan bastant lluny o d'esquena.

Anar a veure La Gavina és una gran oportunitat per presenciar allò que tant defensava Stanislavski, una ocasió perfecte per veure la vida de l'ànima a l'escenari.

08/10/2024 - Teatre Lliure – Montjuïc
JOSE GABRIEL DEL VIEJO

Una nueva adaptación llega de la mano de Julio Manrique. Una adaptación más contemporánea y con un montaje de los que son difíciles de olvidar!
Unas interpretaciones impecables para hablarnos sobre la familia, la tristeza, la cotidianeidad, los sueños, la muerte, el egoísmo. Se habla de todo y de nada.
Me han encantado las interpretaciones de Cristina Genebat y Nil Cardoner y me ha sorprendida mucho Daniela Brown (que lástima que no cantara un poquito más)
La puesta en escena es enorme y alargada. Por un lado está apuesta me ha gustado porque hace muy majestuosa la propuesta pero por otra aleja mucho al espectador de los actores.
La ambientación sonora perfecta y la iluminación aunque al principio me ha parecido excesivamente oscura finalmente me ha convencido. Bastante redondo todo!
Sin duda uno de los montajes de la temporada que merece una reposición para ser vista por todo el mundo.

25/10/2024
Victòria Oliveros Layola

Una nova versió de ‘La gavina’ que funciona com un rellotge amb un repartiment magnífic. Alguna cosa deu tenir l’obra La gavina, d’Anton Txékhov que és una proposta recurrent en tants escenaris i tantes temporades. Aquesta és una versió renovada tant conceptualment com textualment, adaptada al moment actual pel que fa a algunes referències inevitables —els mòbils que no hi faltin!— i amb més d’una llicència dramatúrgica que, al mateix Anton Txékhov, de segur que li farien força gràcia si pogués aixecar el cap. Manrique ha decidit també contemporitzar aquest clàssic, portar-lo a la nostra època, al nostre lloc. Txékhov és un mag escrivint sobre la naturalesa de l’ésser humà, un artífex per retratar l’ànima de les persones. És per això que «La gavina» sempre deixa una porta oberta als que s’hi retroben de tant en tant cada nova generació.
I el públic, rebent fins a l’última vibració del que passa en escena, gràcies a un pati de butaques que s’ha dissenyat en forma d’U per acostar-lo a l’actor, a l’acció i des d’on els actors entren i surten a escena transitant i compartint espai amb lespectador

13/10/2024
Jordi Casas Duocastella

Sense ser gens especialista en l’autor, les poques adaptacions de les obres de Txékhov que havia vist en cinema o teatre no m’havien acabat de convèncer, sempre em sentia molt llunyà als personatges recreats. I sense haver llegit «La gavina» ni haver-ne vist cap altra adaptació, he de dir que aquesta del Teatre Lliure és la primera de Txékhov que m’ha agradat. A part d’ambientant-la en l’actualitat, no sé fins a quin punt aquesta versió s’allunya de l’original, però sens dubte l’he sentit molt més propera.
Començant amb una escenografia buida, els mateixos intèrprets i els regidors del teatre porten i retiren el mobiliari de cada escena. Tots ells aprofiten la distribució de l’espai del teatre a la perfecció. De l’excel·lent i ampli repartiment destacaria a Daniela Brown, David Verdaguer i Nil Cardoner.

10/10/2024

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