Hilària Club de Comèdia

En Barcelona, ​​si algo nos caracteriza, es que somos una ciudad innovadora y creativa. Una metrópoli que surfea la vanguardia y mira más a Europa que a la misma Europa. Si hace falta renovar la ciudad, «nos exalta» más lo nuevo que «nos enamora» lo viejo. Entre el franquismo, las olimpiadas y la gentrificación hemos llegado a cargarnos buena parte de nuestra identidad cultural en pro de ser los más contemporáneos: desde los increíbles chaflanes modernistas (que ahora son pisos de Núñez y Navarro) hasta los bares de toda la vida reconvertidos en cafeterías de especialidad o las decenas de teatros del Paral·lel, hace cien años meca mundial de las artes escénicas, y ahora… pues eso que es ahora, una suerte de autopista con un carril bici en medio y alguno.

Por suerte, ahora cambia nuestra fortuna. Debemos celebrar que el Ayuntamiento comprara el icónico cabaret El Molino y, previo concurso público, lo reabra bajo la gestión del Festival Cruïlla. Recuperamos uno de nuestros teatros más emblemáticos y patrimoniales, al que le han lavado la cara para convertirlo en un espacio sofisticado y acogedor donde disfrutar de una programación de música y comedia que aprovecha al máximo su potencial como sala de pequeño-medio formato. Por el momento no encontraréis ninguna vedet. Ya no sonará ese hitazo de «Qué polvo tiene el Molino… ¡qué polvo las molineras!» Las nuevas generaciones de músicos-vedettes-MC’s como Glòria Ribera o Rodrigo Cuevas, o los transformistas más carismáticos como Àlex Marteen o Sharonne, tendrán que esperar a ver qué pasa con el Teatre Arnau para que no se diluya el espíritu de boa de plumas, underground, transgresor y identitario del Paral·lel, que de momento se atrinchera en algún bar del Poble Sec. Lo que sí recupera el nuevo Molino es otro género con ADN del puramente paralelesco: la comedia.

Todos los miércoles puedes disfrutar de Hilaria, el nuevo club de stand up en la ciudad que sofistica considerablemente la experiencia de disfrutar de monólogos. Aquí puedes reservar una mesa, cenar y tomar un cóctel en un ambiente cozy, relajado, incluso glamuroso. Si bien ya tenemos espacios especializados en la risa, como El Medi, la Golem’s, el Comedy Clubhouse o cualquier evento organizado por colectivos como La Llama, Comedy Gold, Massa Comedy, Infolols o L’altre Mic con sus shows regulares de comedia, el Cruïlla acerca a los mejores cómics de la ciudad con una triple experiencia que hace de la velada una apuesta segura: risas, cócteles y música posfunción de la mano de un dj local que pincha para quien quiera quedarse a charlar la charla… O quien quiera pasar después de la actuación. ¡La entrada es libre una vez terminan los monólogos y hasta su cierre a la una de la madrugada! Desde Irene Minovas a Andrés Fjangold, pasando por Vanessa Valero, Xavi Daura, Hannah Becker, Arnau Garcia, Enzo Vizcaíno… Una retahíla de artistas imprescindibles, coordinados por el guionista Oriol de Balanzó (La Competencia, RAC1), que prometen convertir a Hilaria en una de las citas imprescindibles de la comedia local. Ah… y aunque técnicamente de escape de la recomendación escénica: los cócteles de autor son buenísimos.

Tenía muchas ganas de ver cómo se había transformado el emblemático Molino después de muchos años cerrado y viendo cómo se iba deteriorando poco a poco. Por fin, el Ayuntamiento de Barcelona ha comprado este histórico espacio i, tras la convocatoria en un concurso público, ha otorgado la gestión a Festival Cruïlla.
El Molino inició su largo recorrido en 1898 con el nombre de La Pajarera Catalana porque se construyó sobre una tasca llamada La pajarera. En 1908 por primera vez aparece el nombre de Petit Moulin Rouge, imitando al de París. En 1929, coincidiendo con la Exposición Universal se remodeló la fachada y se añadieron las aspas de un molino que es la imagen que se conserva actualmente. Durante la dictadura se tuvo que eliminar la palabra Rouge (por causas obvias y conocidas) y traducirlo al castellano, que era el único idioma permitido. Después de pasar por diferentes propietarios y diversos acontecimientos, el 14 de noviembre de 1997, la vedete Merche Mar actuó en el último espectáculo Pluma y Peineta, antes del cierre definitivo, aunque en 2010 se volvió a abrir de nuevo El Molino con el espectáculo Made in Paral·lel, un recorrido por la historia de El Molino y los diferentes artistas y géneros que habían pasado por este mítico escenario.
Se acabó la pluma, la sátira, la irreverencia y el juego de palabras picantes. A partir de ahora, será una sala de conciertos varios, jazz, fusión, hip-hop, folk, rock, música experimental, música de autor, big band, blues y acogerá al ya conocido Barnasants y muchos otros.
Los miércoles estará dedicado a la comicidad bajo el nombre de Hilaria Club. El ambiente es acogedor, tapizado de rojo como los antiguos cabarets, con mesitas en la platea y un surtido de bebidas y platos para degustar durante y después del espectáculo, los cuales están programados en distintos horarios entre las 20 y las 24:00. Cada miércoles los cómicos que participan serán diferentes.
Ayer, con la animada presentación de Pau Sánchez acompañado de una guitarra, desfilaron en monólogos de un cuarto de hora Ángela Hayes, Eñaut Zuazo, Irene Minovas y Raquel Hervás, los cuatro muy ocurrentes y haciendo participar al público que llenaba toda la sala.
Sea muy bienvenido y reencontrado este conocido y apreciado espacio del Paral·lel.