Con la fuerza que el propio nombre de la compañía promete, El Martell presenta en su segundo espectáculo un variado compendio de escenas relacionadas con temas como la violencia o la injusticia. El espíritu de denuncia política y social de la propuesta es efectivo y sirve como recopilación de tristezas que se han sufrido y se sufren en todo el mundo desde hace siglos. La dramaturgia de Laia Alsina i Ferrer está construida como una especie de caleidoscopio en el que se mezclan todas estas situaciones terribles que, finalmente, desembocan en un grito de malestar colectivo bastante catártico. El problema es que el abanico resulta tan amplio que su pretendida contundencia acaba por diluirse en su propia diversidad. No es […]