Francesc Esteve i Tomàs

Desde un primer momento nos encontramos a Joan Carles Suau tumbado en el suelo, con la mirada perdida. Puede que sean 10 o 15 minutos hasta que todo el mundo está en su sitio. Pero ya te sientes un poco incomodado. Ves sus ojos de cerca y sientes sus lágrimas. El juego de unas imágenes minimalistas, con las proyecciones, ha sido lo menos acertado de la puesta en escena. Queremos socializar a través de las redes, en este caso un chat, y sobrevivir de esta jungla (incluso digital) para llegar a nuestro fin. Seguimos con la opinión

Una de las obras del dramaturgo Àngel Guimerà, de las más populares que escribió. Todo un clásico del repertorio teatral catalán ahora con un único actor para representar a todos los personajes. Del puro minimalismo inicial del escenario, hasta el minimalismo en el conjunto actoral. La primera impresión que he recibido, es el poder seguir sin ningún problema la historia y las conversaciones entre los diferentes personajes, aunque tenemos un único actor en escena. Un gran trabajo de dirección de Pau Miró. Ya han comentado que este espectáculo lo recordaremos durante años, e incluso diremos que «nosotros disfrutamos de esta Terra Baixa«. Puede que no con tanto énfasis, si que podremos recordarlo durante tiempo. Además…

Entramos en la Sala Atrium de Barcelona, nos sentamos en primera fila. Sabemos que tenemos una historia cruda, ya que nos lo han comentado anteriormente, y nos encontramos con una obra cruda y que te sacude de inicio a fin. Nos encontramos con un monólogo a dos voces. Un testigo de la opresión de los hombres, de la sociedad y de la religión. Si en lugar de Alá le ponemos otro nombre, es totalmente viable. Un monólogo que por momentos es un diálogo interno de la protagonista. Tanto Mireia Trias como Judith Farrés hacen un papel excelente y fueron aplaudidas durante un buen rato por el público. Aunque quedan pocas funciones, si tenéis la oportunidad de poder asistir, no lo […]

Es una función en dos partes. La primera con la visión de la primera dama (una gran Rosa Renom como protagonista) y el otro con el presidente (Francesc Orella). Hay que decir que la primera parte es la más energética. Con Rosa Renom y Montse Perez. Aunque la voz cantante la lleva Rosa Renom, las replicas que Montse Perez realiza sin palabras, con un trabajo gestual genial, son magníficas. La segunda parte con Francesc Orella como protagonista, es la contrapartida de lo que nos ha explicado anteriormente la primera dama. Para mí, un poco más pesado… Si quieres leer el resto…

Con un texto que podría ser como la de los otros de esta temática, pero que no nos deja indiferentes. Nos visten una historia en pequeños relatos. Y la fuerza interpretativa de las tres actrices, y de un protagonista adicional con los efectos sonoros que tenemos durante toda la obra. Podemos pasar de la angustia a la sonrisa sin darnos cuenta. Y todo gracias al trabajo que nos muestran estas actrices. Una de las obras que más me han gustado en las salas teatrales; y además ..