El Teatre Lliure estrena L’imperatiu categòric, un texto donde la dramaturga y directora Victoria Szpunberg hace un retrato social que plantea qué es éticamente adecuado cuando el sistema te ahoga. Con dosis de ironía, el texto aborda temas como el acceso a la vivienda, la precariedad laboral del profesorado asociado en las universidades y la invisibilización de las mujeres a partir de los 50 años. El montaje tiene también una vertiente filosófica en la que el principio del imperativo categórico de Immanuel Kant tiene un papel fundamental, y también aparecen numerosas referencias a Frank Kafka y Walter Benjamin. El espectáculo hará temporada en el Teatre Lliure hasta el 28 de marzo.
La actriz Àgata Roca interpreta a una profesora de ética asociada a la facultad de Filosofía que está en crisis. Pasados los cincuenta, recién separada, sin poder conseguir plaza estable en la universidad ya punto de quedarse sin casa, empieza a sufrir unos extraños ataques. Para Szpunberg era importante que la protagonista fuera una mujer de cincuenta años que siempre ha formado parte del sistema para poder retratar cómo empieza a sentirse invisible, sola y arrinconada por la sociedad. «Se encuentra en una edad en la que sentirse fuera del sistema es algo peligroso porque ya no tiene la fuerza o la energía que tiene alguien más joven», explica.
Uno de los obstáculos con los que se encuentra la protagonista es la dificultad de encontrar un piso por sí sola, tras recibir una notificación que le comunica la venta del edificio donde vive en un fondo buitre. Hace unos meses, Szpunberg se encontró inmersa en la búsqueda de un piso en Barcelona y vivió de primera mano la problemática del acceso a la vivienda. «Cuando visitas pisos sola, la situación no es agradable. Para entretenerme, empecé a grabar con audio algunas de estas visitas», explica la dramaturga, que ha recreado fragmentos en algunas escenas de la obra.
Paralelamente a esta experiencia, Szpunberg conoció las condiciones de precariedad laboral del profesorado asociado universitario, y quiso hablar de ello a través de su protagonista. Concretamente, quiso que fuese una profesora asociada a la facultad de Filosofía. «Es una disciplina que, en general, está desprestigiada por los valores de nuestra actualidad», explica la autora, que también había estudiado Filosofía y recuerda, sobre todo, sus clases de ética.
En escena Àgata Roca comparte protagonismo con Xavi Sáez, que interpreta a los diferentes personajes masculinos que se creen en la vida de la protagonista.
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