El dramaturgo, director y actor Jordi Oriol firma de nuevo una versión de El rey Lear de Shakespeare a partir de la que realizó para el Lliure durante el confinamiento. Un juego de juglar versado en el verso y el gusto por la lengua.
Un rey pierde la cabeza cuando se da cuenta de que no sabe distinguir el amor verdadero del fingido. Y en teatro, ¿podemos distinguir lo verdadero y lo fingido?
Sinopsis
La historia de un rey tarado no es nada nuevo. Es un clásico. Como lo es la densa historia que se cuenta en El rey Lear de Shakespeare, que combina dos tramas –una espejo de la otra– que viajan en paralelo. Las historias se reiteran, y todavía más si presentamos la propia re-presentación.
Y es que en Reiterat rei tarat he querido centrarme, sobre todo, en uno de los temas principales de la pieza original: la locura en la que cae el rey (así como Gloucester en la trama espejo) al darse cuenta de que no ha sabido distinguir el amor fingido del amor verdadero. Y es que es más fácil asumir fingidos cumplidos que nos halagan que aceptar incómodas verdades que nos hieren.
Jordi Oriol