Carme Portaceli presenta No passa cada dia que algú ens necessiti (de fet, no és gens habitual que algú ens necessiti) un recorrido que va desde los textos clásicos hasta los actuales para explicar y celebrar que estamos juntos, vivos y en el Grec. Un espectaculo con actrices y actores, cantantes, textos, coreografías, audiovisuales… Momentos de alegría, de crítica…
El teatro es lo contrario al aislamiento; el teatro es una reunión de gente, una comunidad que se deja llevar por la poesía y que respira y sueña unida. La palabra, hoy en día tan desacreditada, nos conecta. Y su fuerza debe mantenernos unidos. De momento, ya ha conseguido que suban al escenario algunos grandes nombres del teatro y de la música, que hoy comparten con el público una velada hecha de sueños y de palabras escritas por muchos autores y autoras que se han preguntado y han sentido lo mismo que nosotros ahora: desde Shakespeare hasta un Daniel Defoe que retrata el paso de la peste por el Londres de 1722; desde Ibsen hasta un Camús que se pregunta cómo se salvará la humanidad del absurdo existencial, pasando por Caryl Churchill; desde Charlotte Brontë hasta el dramaturgo alemán Roland Schimmelpfennig, que nos habla, en un artículo escrito en confinamiento, sobre un hombre que tose y algo más, pasando por la polaca Magda Fertacz, o desde Isabel Allende hasta Oscar Wilde. Estas escritoras y escritores y muchos más protagonizan con sus reflexiones una noche hecha de palabras, pero también de música, de la que ayer componía Vivaldi o de la que hoy cantan tres grandes voces de la Cataluña con raíces africanas. Y está hecha también de las imágenes que, en forma de vídeo, llenarán el escenario, un espacio que los artistas, con mascarillas o respetando la distancia preceptiva, ocuparán en todo momento. Leerán textos, cantarán canciones o proyectarán imágenes para recordarnos lo necesaria que es la cultura y lo balsámico que puede ser el efecto que produce sobre nosotros en momentos difíciles. Con cultura e imaginación, celebramos hoy las cosas más esenciales: estamos aquí, respiramos y, con todos estos sueños que compartimos, damos vida, una vez más y a pesar de todo, al Grec Festival de Barcelona. Beckett lo pone en boca de Vladimir en Esperando a Godot: “En este lugar, en este momento, la humanidad somos nosotros, nos guste o no”.
