Arribaràs i serà de nit

Arribaràs i serà de nit es una propuesta de Marc Chornet que tiene como punto de partida una reunión de amigos (los propios espectadores) organizada por el protagonista para recordar a su pareja muerta en accidente un año antes.

La primera parte de la obra se desarrolla en el vestíbulo del teatro y nos sitúa en la tristeza y en el dolor del personaje interpretado con delicadeza por Toni Guillemat, a través de un relato que llega de manera inmersiva gracias a los auriculares. A partir de ahí el camino hacia la sala se produce en silencio a modo de duelo y comienza un ir y venir de recuerdos y momentos no vividos de la mano de tres actrices Isabel Soriano, Neus Pàmies y Paula Jornet que interpretan cantando la vida de la difunta en edades diferentes.

Projecte Ingenu va más allá del teatro: propone un viaje semi onírico guiado por la música, el relato y los sentimientos de tres mujeres en una que dialogan entre ellas. La iluminación es una pieza clave para crear el mundo fantasioso y real a la vez, al que se une la escenografía simple pero pensada al detalle con una cortina semi transparente para transportarte a esa atmósfera llena de plasticidad y reflexión.

Esta no es una apuesta musical al uso, es una apuesta pausada y llena de emociones tal vez algo larga en lo que a tiempo real se refiere, pero que merece la pena ver para salir del ruidoso mundo en el que vivimos fuera de las salas de teatro.

Projecte Ingenu segueix encaparrat (per sort per nosaltres) a transitar terrenys poc trillats a l’escena barcelonina els últims anys, i és d’agrair que els pocs que miren d’arriscar una mica i abandonar els llocs comuns insisteixin i trobin el seu espai. Si al seu Bodas de sangre (2024), la música ja complementava el text de Lorca per convertir el clàssic en una mena de mite de transmissió oral, a Arribaràs i serà de nit, la companyia s’endinsa en el musical, un musical molt particular, més preocupat per assolir certa organicitat de posada en escena i de crear una atmosfera de somieig, que de subratllar emocions.

El llibret de Marc Artigau parla del dol, de la manera com potser estem ja afrontant la pèrdua d’algú a qui estimem, del paper que la intel·ligència artificial pot dur a terme i de com pot modificar, manipular o desvirtuar els nostres records. No es queda aquí, però, la reflexió (o l’elucubració) del text, sinó que es pregunta per la idea gens descabellada que la IA pugui inventar records o vides no viscudes, la qual cosa és admirable i inquietant.

Tres actrius, Paula Jornet, Neus Pàmies Juárez, Isabel Soriano, interpreten tres moments diferents de la persona que ja no hi és i que la tecnologia ha estat capaç de replicar o d’inventar, tal com, d’altra banda, ho fa la ficció o el propi Artigau. D’aquesta manera, estem parlant no només de la IA o del dol, sinó també del teatre i de les possiblitats que la ficció atorga a creadors i espectadors per a manufacturar records i vides, de fer aparèixer fantasmes.

La idea de musical a Arribaràs… és tan sui generis com ho requereix un tema tan controvertit com aquest. De vegades s’acosta a una mena de recitatiu, en altres ocasions, hi trobem peces més semblants a la cançó més convencional, però sempre està al servei de la creació d’un espai de misteri i d’incertesa, el que hi ha entre la vida i la mort, entre la realitat i la fantasmagoria. Hi trobem també moments de gran lirisme en la combinació de veus, en especial, en algun fragment de veus a cappella.

Tot en el muntatge de Marc Chornet i Projecte Ingenu redunda en la voluntat d’explorar les interseccions entre espais fronterers que el teatre té la capacitat de fer visibles.

Todo el origen de la historia es contada por el actor Toni Guillemat en los primeros 15 minutos. A partir de entonces se desarrolla un proceso fantasioso del luto, del dolor por una pérdida irreparable. Utilizando la distopía del túnel del tiempo que hasta ahora habíamos visto en el pasado, la persona perdida, la que pudo ser, con realidad virtual, aparece en el futuro en tres etapas y edades distintas. Ellas tres son Paula Jornet, Neus Pàmies e Isabel Soriano. Las tres, vestidas con la misma tela de ropa pero en diferentes estilos según la época (acertado vestuario de Laura Sanz), hablan con el que queda, le interrogan, dialogan en medio de tecnología sonora e imágenes muy visuales de gran belleza.
Con música de Neus Pàmies y Gerard Marsal, las tres actrices cantan a voces. Es una música dulce, interrogante, demandante, que pregunta y quiere saber la verdad del futuro, cómo habría evolucionado la relación si…..

Sorprendente y original es el espacio sonoro de Gerard Marsal que se encontrarán los espectadores antes de entrar en la sala y durante todo el espectáculo.
Son tres actrices-cantantes que cantan, recitan, la mayoría de veces las tres juntas porque existe un diálogo constante. La música es a veces sincopada, con un fondo electrónico. En un momento determinado aparece un rap triste teñido de emoción cantado por la Pàmies. Las tres entran y salen del Hades o del más allá hacia un mundo real o imaginario a través de una cortina transparente. La iluminación de David Bofarull y Lluís Serra ayuda a crear esta fantasía de una realidad imaginaria que ya no existe pero que retorna constantemente. Los recuerdos brillan a través de la piel del que queda.
Es una idea original de Marc Chornet y Proyecto Ingenu transformada en texto por Marc Artigau. Los dos logran llevar al escenario un sentimiento de desolación y tristeza con una obra estéticamente bonita.

El duelo es un sentimiento difícil de gestionar. Cada persona afronta como puede la situación de pérdida de un ser querido. Las preguntas sobre momentos vividos o el repaso de conversaciones tenidas en el pasado son recurrentes e intentan, en cierta manera, ser un proceso para aceptar la nueva situación. No siempre es fácil.

En Arribaràs i serà de nit el protagonista ha organizado un homenaje con amigos en recuerdo de su pareja que murió tiempo atrás. Su idea es repasar momentos que marcaron su relación y mostrar a los presentes quién era ella cuando estaba con él. Durante este viaje por la memoria se traslada a aquellos mismos recuerdos en una situación paralela donde se reencuentra con ella y diferentes versiones de su amor. Al final, esta travesía irá más allá de lo imaginado.

Projecte Ingenu y Marc Chornet dan una vuelta más a la idea de gestionar el duelo y presentan una producción inmersiva que pretende involucrar al público desde el primer momento a nivel auditivo y sensorial. Con la colocación de unos auriculares nada más traspasar la puerta del teatro, la intención es que cada espectadora viva los diálogos y las escenas de manera individual y más cercana. Aunque es una idea interesante y original, es cierto que puede provocar una cierta incomodidad a aquellas personas que no están acostumbradas a llevar aparatos de este tipo, aunque para la funcionalidad de la obra es un elemento extremadamente útil.

El relato se sucede de manera íntima y navega entre el musical y una experiencia litúrgica. Las canciones, las voces de las actrices y la disposición del escenario con un diseño de luces y sonido suave y onírico, crean un ambiente hipnotizador que no siempre es favorable para la atención del público. Con unas voces preciosas y emotivas, Paula Jornet, Neus Pàmies Juárez E Isabel Soriano construyen un marco de calma y melancolía que se entiende entorno al relato de la caída al pozo de la tristeza y la soledad del protagonista masculino. Se hecha de menos, eso sí, algún tipo de revulsivo musical o una rotura de la dinámica en el escenario que mantenga en alerta a la espectadora y la enganche a todo aquello que está pasando.

Una experiencia diferente que pone sobre la mesa otra manera de interpelar a la audiencia y que puede sentar precedentes para futuros proyectos que será interesante descubrir.

Además de sus dramas lorquianos o shakespearianos, Projecte Ingenu ha optado a menudo por investigar a fondo en sus puestas en escena y por introducir temas técnicos, sobre todo aquellos que tienen que ver con el sonido y los espacios sonoros. Lo hemos visto en La dona pantera, La ruta de la palta o El cop desert, y ahora vuelven con este musical íntimo que ya desde un buen comienzo nos invita a escuchar todo el espectáculo con auriculares. Unos auriculares que también utilizan los intérpretes, intentando provocar una sensación inmersiva que casa muy bien con el espíritu onírico y casi fantasmagórico del argumento.

Cuando entramos en la sala un actor nos recibe en el vestíbulo, y allá nos damos cuenta que somos parte de una reunión de despedida: la de Irene, que murió hace un año en un accidente. Conoceremos detalles de su relación, de cómo se conoció la pareja y de qué proyectos de futuro tenían… hasta que entramos en el teatro y allá disfrutamos de otra representación. Allá es donde entra en juego la música, las canciones y todo lo que tiene relación con un mundo aparentemente irreal y cargado de cierta liturgia. No estamos ante un musical al uso, pero sí tenemos tres buenas cantantes, una serie de temas con un leit-motiv muy claro y también un ambiente musical muy determinado y coherente con lo que se nos explica. Aun así, a mí me ha costado conectar con la propuesta y entrar en el mundo sugerido. Supongo que quién lo consiga lo podrá disfrutar mucho más, aunque creo que la duración del montaje es excesiva para lo que se nos quiere explicar.

La gran suerte del montaje es poder ver juntas a tres actrices que siempre han coqueteado con la música y el canto, pero que pertenecen a generaciones y estilos muy diferentes. Para empezar tenemos a Isabel Soriano, la mítica actriz de la primera versión de Mar i Cel y también de Flor de nit, para encontrarnos después a las jóvenes Neus Pàmies (La infanticida) y Paula Jornet (La importància de ser Frank). Junto con Toni Guillemat conforman el reparto de esta obra especial, íntima y arriesgada.