Ir al teatro es como ir a vivir una experiencia única que dura solo el rato que el espectáculo está vivo, ya puede ser una hora o más. Es un momento irrepetible, porque aún que al día siguiente se vuelva a hacer la obra, esta no será igual: ni habrá el mismo ambiente ni tampoco el mismo público, además de todas las cuestiones pequeñas que pueden producirse de manera diferente por mucho que se hayan ensayado. Esta es la auténtica grandeza del teatro en vivo, que es irrepetible. El Col·lectiu Desasosiego vuelve a los escenarios con Breu visita a la gola del llop, un local de bingo donde cada noche se acoge a las personas que quieren tentar a la […]