Víctor Palmero: "Johnny Chico es una obra muy oportuna y nada oportunista"

Andrea Garriga

Johnny Chico basado en un monólogo del dramaturgo y poeta australiano Stephen House, titulado en su versión original Go by night, llega al Teatro Goya a partir del 14 de marzo de la mano. Dirigido por Eduard Costa, Víctor Palmero, conocido por su participación en la popular serie La que se avecina, protagoniza este monólogo que representa el viaje de un chaval en la búsqueda de su identidad.

 

Teatro Barcelona – Johnny Chico es una obra donde lo que primera que descubriremos es una faceta tuya desconocida. 

Víctor Palmero- Me apetecía mucho hacer un espectáculo que me permitiese mostrar algo distinto a la vertiente en la que se me había visto más hasta ahora que es la comedia. También buscaba algo que me permitiese jugar en escena haciendo cambios de personaje. En esta obra prácticamente sucede todo en escena, delante del espectador. Tenía muchas ganas, llevaba muchos años buscando un texto así.

Victor Palmero ha interpretado durante 8 años al Alba Recio en el serial ‘La que se avecina’ (Mediaset)

¿Qué fue lo que te hizo apostar por este texto?

La primera escena me conquistó, tiene un inicio super potente. Hay gente que me ha dicho: «nada más comenzar empecé a llorar». Se nota mucho la poesía del autor. Es un texto que pese a ser crudo y duro, es muy bonito y muy poético. Tiene palabras mágicas.

Es una obra que llevas mucho tiempo cocinando. Un proyecto muy personal en el que has trabajo con personas muy importantes y cercanas a ti y a tu trayectoria. 

Yo soy de Onda (Castellón), un pueblo con aficiones muy tópicas como los actos taurinos o el fútbol, pero a mí me gustaba ver películas o el teatro… me sentía un poco un bicho raro. Me apunté a la escuela de teatro municipal y el primer día mi profesor, Eduard Costa (actual director la obra) hizo un ejercicio conmigo. Allí nos descubrimos el uno al otro y fue una especie de enamoramiento artístico. Edu me permitía ser todo lo que yo no había sido o no me dejaban ser, me hizo sentir que no era un bicho raro, que era válido para este trabajo.El teatro ha sido una mesa de salvación para mí.

«El teatro ha sido una mesa de salvación para mí»

Eduard tiene mucho talento. De un texto crudo y oscuro ha conseguido sacar magia y que sea un espectáculo muy dinámico, que tenga puntos musicales… Lo ha llenado de muchísima vida. Cuando leí el texto llegué a plantearme autodirigirlo, pero me parecía una locura y lo más interesante era que lo hiciese él, por el nivel de confianza que tenemos, ya que nos entendemos a la perfección trabajando. Coque Serrano, el productor, era su compañero y también uno de mis mentores, ambos maestros de teatro y, en parte, de vida.

¿Crees que es una desventaja no tener compañeros de escena?

No, en este montaje no lo veo necesario. Creo que es una desventaja más bien en las giras teatrales ya que es mucho más divertido cuando vas acompañado. Aun así, me siento muy acompañado en esta obra. Edu me apoya cada noche detrás del escenario.

En la obra no solo interpretas a Johnny Chico sino también a otros personajes que interactúan con él. 

Para mí mi principal reto era el conseguir que esos personajes, además, estuviesen diferenciados unos de otros porque son como unos diez personajes. Es cierto que algunos son pequeñas pinceladas, a lo mejor son dos frases, y hay otros que tienen más peso, pero todos son hombres, no hay mujeres, y hacer que sean diferentes ha sido un gran reto. Me pone mucho la idea de estar en un escenario y cambiar de repente de registros. Esta obra me permite trabajar mi versatilidad actoral que ya he mostrado en televisión, pero que en vivo creo que gana.

Johnny tiene un conflicto de identidad sexual y personal. Todo el mundo lleva algo dentro que no se atreve o no se atrevió en algún momento a sacar. Es difícil alinearse con uno/a mismo/a… ¿Quién crees que va a sentirse identificado/a con el personaje?

Johnny Chico no solo habla de identidad sexual, sino de búsqueda afectiva, de búsqueda de amor, que creo que es algo que nos toca a todos. En ese aspecto creo que cualquier espectador que venga va a empatizar.

Pero sí que es verdad, hay muchas veces que no nos atrevemos a contar cosas de nosotros mismos y, a veces, nos gusta imaginarnos en el lado contrario. Hay muchas personas que durante años intentan investigar dónde están los límites entre lo que es ser «él» o ser «ella» o incluso borrarlos y a mí me parece muy interesante esta confrontación de los géneros. En Johnny Chico intentamos centrarnos en qué pasaría si dejaran de existir las palabras «él» y «ella» y, aunque suene un poco utópico o naif, nosotros queremos hablar de personas, de lo que habita bajo la piel. Y es lo que pretendemos. Johnny es un chico, pero no sabe si quiere ser una chica. Lo que me gusta es que no es un personaje que se define transgénero, Johnny es un interrogante en sí mismo. Es una pregunta constante: «qué es él», «qué quiere ser» y, quizá, una respuesta: «qué más da lo que se sea».

Johnny Chico es una obra es una obra muy oportuna y nada oportunista. Y, así es, parece que como el tema está muy de moda hemos querido subirnos al carro, pero sin embargo este texto lo descubrí en 2017 en Nueva York. Es algo que llevamos ya años queriendo contar. Lo más heavy es que es un texto de los años 90 y que sigue siendo actual.

 ¿Crees que es posible hacer coincidir lo que eres por fuera con lo que eres por dentro? ¿Has resuelto la pregunta?

Pues te diría que el personaje la resuelve en escena, pero diría también que a día de hoy yo sigo dándole vueltas a esa pregunta. Y no sé si he encontrado la respuesta todavía…

¿Por qué crees que es una obra necesaria? 

El planteamiento superficial sería que la obra ha funcionado muchísimo, que el boca-oreja ha sido brutal, que hemos acabado agotando entradas allá donde hemos ido y que gusta, engancha, funciona y eso ya es una razón para venir a verla. Pero es que además es muy necesaria porque, tal como decimos nosotros, es una oda «fuckgender» que lucha contra la LGTBIQ+fobia. De hecho, hay un momento en la función en el que proyectamos titulares de agresiones homófobas y a mí se me pone la piel de gallina… Es un mensaje que cala, que sana y que a día de hoy sigue siendo lamentablemente necesario.

Más información, imágenes y entradas en:

Escrito por
Andrea Garriga

Graduada en Arte Dramático. Creadora de contenidos editoriales y redactora de la Revista TeatroMadrid.

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Comentarios
  • maite ruiz

    Brutal la interpretación de Victor Palmero….!!!!

    Responder
    24/03/2022
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