Tosca es una de las obras de ópera más queridas y conocidas: ¿el motivo de su éxito? Es un thriller. Una obra llena de sangre, propia de las arenas de combate de la antigüedad, pero con una fuerza dramática y una intimidad que la hacen actual.
Situada en la Roma del 1800, con una iglesia todopoderosa y las monarquías europeas enfrentadas con Napoleón, el contexto se convierte en una anécdota para adentrarnos en grandes temas universales. El amor, las pasiones y la búsqueda de la libertad están presentes en las relaciones de unos personajes enfrentados: la cantante Tosca, su amante pintor Cavardossi y el jefe de la policía, el barón Scarpia, enamorado de la protagonista. El Gran Teatre del Liceu será la casa de esta lucha eterna entre los artistas y el poder a partir del sábado 8 de marzo.
UNA TOSCA MÁS CERCANA
Las tensiones y las intrigas se alternan con momentos de intimidad entre los amantes que Paco Azorín, en su debut como director de escena en el Liceu, ha querido acercar al público: el espacio teatral avanza en el escenario para que los espectadores puedan captar todos los matices. Y es que si ya de por si se trata de una obra muy física, la soprano Sondra Radvanosky, Tosca en uno de los tres repartos que interpretarán la obra, explica que siente que el público exige cada vez más a los cantantes. No basta con gestualitzar, hay que interpretar con todo el cuerpo, hasta el punto que Radvanosky tiene que llevar protecciones en los tobillos para no lesionarse.
Paco Azorín invitó a los artistas a hacer todo lo que siempre han querido hacer y no se les había permitido, lo que convierte también a esta Tosca en la Tosca de los cantantes. Incluso la escenografía está pensada para que sus interpretaciones destaquen y se desnuda a medida que avanza la obra igual que lo hacen sus protagonistas.
UN PUCCINI MUY TEATRAL
Ambrogio Maestri, que da vida al varón Scarpia, explica que encuentra más complicado trabajar con la música de Puccini que con la de otros compositores como Verdi, donde todo es más «lógico»: Puccini es más imprevisible y eso hace que no sea tanto evidente, por ejemplo, saber en qué momento tienen los cantantes la entrada, pero a la vez es también lo que lo vuelve más teatral, más dramático. La música de Puccini le ayuda, explica, a relajarse y controlar la respiración en momentos álgidos de acción teatral: se declara amante, al igual que Radvanosky. El director musical del montaje, Paolo Carignani, destaca la riqueza de la composición, su capacidad de crear atmósferas y sus disonancias: la define musicalmente como «un’opera perfetta«.