El Teatre Lliure presenta Cor dels amants, una nueva versión del primer texto de Tiago Rodrigues, actual director del Festival de Aviñón. Interpretada por Joan Carreras y Marta Marco, es una pieza polifónica sobre una pareja y los efectos del paso del tiempo, y se podrá ver del 25 de abril al 25 de mayo en Gràcia.
Tiago Rodrigues empezó haciendo teatro como actor y, en el 2006, decidió escribir lo que serían los diez primeros minutos de Cor dels amants. «Era una historia muy específica y, por primera vez en mi vida, necesitaba escribirla yo», explica. En 2007 escribió hasta media hora y ésta se consideró su primera obra teatral. En 2020 le invitaron a hacer una lectura en Francia. Habían pasado trece años y, al reencontrarse con los personajes y esa historia, decidió alargarla para saber qué había pasado con ellos y escribir sus vidas hasta el final.
Una pieza sobre una pareja y los efectos del paso del tiempo
Cor dels amants cuenta la historia de una pareja joven que se enfrenta a una situación de vida o muerte. De manera simultánea, cada amante ofrece versiones ligeramente diferentes de los mismos hechos, creando una pieza lírica y polifónica que celebra la fuerza vital del amor cuando la normalidad se ve alterada. «Una historia en la que, al inicio, el tiempo es muy urgente, se escapa, todos los segundos son preciosos. Después, es como un pájaro que vuela sobre una vida y la mira de lejos para contarla», explica el autor y director.
Esta nueva versión de Cor dels amants se estrenó en Francia y se han hecho producciones en Portugal y Grecia. Ahora, el Lliure produce su versión en catalán y Tiago Rodrigues celebra que, por primera vez, la palabra cora¦abraza sus dos significados. «En portugués –Coro dos Amantes– el título hace referencia a un corazón de dos personas que hablan a la vez; en francés –Choeur des Amants– los dos corazón se pronuncian igual, pero se escriben diferente», explica. «Pero la suerte ha hecho que en Catalunya no haya distinción entre ambas ideas y eso me gusta muchísimo», añade.
Joan Carreras y Marta Marco no trabajaban juntos desde La filla del mar (TNC, 2002) pero la conexión que requiere interpretar un texto de forma simultánea surgió desde el primer ensayo. «He reencontrado a un amigo, compañero y actor que admiro, es un regalo muy grande que creo que recordaré toda mi vida», dice Marco. «Es difícil definir una pieza de esta magnitud: es preciosa, es bonita en todos los aspectos, es inabarcable», añade Carreras.
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