Stephen Sondheim (Nueva York, 1930 – Connecticut, 2021) cambió para siempre la historia del teatro musical. Letrista y compositor de una lucidez extraordinaria, llevó el género más allá del entretenimiento y lo convirtió en un espacio para explorar las emociones, las contradicciones y la vulnerabilidad del ser humano. Autor de títulos como Company, Follies, A Little Night Music, Sweeney Todd, Sunday in the Park with George o Into the Woods, Sondheim dotó al musical de una nueva densidad emocional e intelectual, sin perder el humor ni la elegancia.
“La grandeza de Sondheim no reside solo en las partituras, sino en las historias que nos transmite”, explica Mario Gas, que lo ha estudiado y representado como pocos directores en nuestro país. “A través de la farsa, la sátira, el lirismo o el drama, siempre apunta a un mismo objetivo: el ser humano y sus contradicciones como individuo y como engranaje de una sociedad implacable”.
Una complicidad que hizo historia
La relación entre Sondheim y Gas forma parte de la memoria del teatro musical catalán. El director barcelonés ha firmado algunas de sus producciones más recordadas, como Golfus de Roma (1993), Sweeney Todd (1995), A Little Night Music (2000) o Follies (2012). En una de aquellas funciones de Sweeney Todd, el propio Sondheim aplaudió entusiasmado desde el patio de butacas, una imagen que Gas aún recuerda con emoción.
“Sin Sondheim, el teatro musical quizá sería otra cosa. Él lo hizo avanzar con una precisión y una inspiración magistrales”, afirma el director, que define su universo como “inabarcable, monumental, un monumento a la inteligencia y a la sensibilidad humana”.
Ahora, tres años después de la muerte del compositor, Mario Gas lo recuerda con Sondheim x Sondheim, una velada musical en el Teatre La Fàbrika que reúne a algunos de los artistas que lo han acompañado a lo largo de esta trayectoria: Mónica López, Pep Molina, Vicky Peña, Xavier Ribera-Vall, Muntsa Rius, Teresa Vallicrosa, Xavi Fernández, Pep Pladellorens y Ferran Oltra, con el propio Gas también en escena.
“Este concierto es un acto de amor. Un acto de amor hacia una persona que nos ha permitido disfrutar interpretando, dirigiendo, participando —en definitiva— en puestas en escena de su extraordinaria obra teatral”, explica Gas. “Seremos una gran tribu celebrando a Stephen Sondheim. Queremos que su música, sus letras y su huella viajen contemporáneamente hacia vosotros, que os lleguen con emoción, con intensidad y con toda la humildad de la que somos capaces”.
Con Sondheim x Sondheim, La Fàbrika se convierte estos días en una especie de templo laico del teatro musical: una celebración del genio que reinventó Broadway y que dejó una huella imborrable también en nuestro país.
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