Per Iván F. Mula / @ivanfmula
Actor de teatro, televisión, doblaje, musicales y un largo etcétera. El incombustible Roger Pera vuelve a los escenarios, en esta ocasión, para ofrecernos un espectáculo sobre las interioridades más secretas del mundo de la política. Bajo la dirección de Ignasi Vidal, en Dignitat, comparte el escenario del Teatro Apolo con Octavi Subidas.
ROGER PERA: Trabajar con el Octavi es todo un placer. Es un actor metódico y disfrutamos mucho actuando juntos. Incluso nos han ofrecido hacer otra cosa más adelante porque han visto que tenemos mucha conexión. Pero todavía no podemos explicarlo.
TEATRE BARCELONA: ¿Qué papeles interpretáis a Dignitat?
Somos dos políticos. Mi personaje se presenta a presidente del país y él interpreta a mi mano derecha: el ayudante de siempre y futuro vicepresidente.
¿Es, por lo tanto, un espectáculo que habla de política?
Hasta cierto punto, sí, porque Ignasi Vidal, autor y director de la pieza, estuvo mucho tiempo metido en política y conoce muy bien cómo funciona ese mundo. Pero, en el fondo, es una historia sobre la amistad y el poder. Explica cómo, algunas veces, es complicado gestionar la amistad y la honestidad cuando tienes el poder tan al alcance.
¿A que hace referencia el título?
La política es un mundo muy difícil. Cuando estás dentro, aunque seas honesto y hagas bien las cosas, te caen por todos los lados. Tienes que gustar a todo el mundo y eso es imposible. El título es una especie de deseo: sería ideal un país que estuviera gobernado por gente con dignidad. Con honestidad. Esta obra se ha estrenado en varios países y funciona muy bien en todos porque en todas partes pasa el mismo. La política, la ambición y el poder son capaces de destrozar todo el que te rodea, sobre todo, lo más cercano que son tus amigos y tu familia.
¿Cómo decidiste entrar en este proyecto?
Ya había leído otra obra de Ignasi que me había gustado mucho y él siempre había querido que yo hiciera este texto. En aquel momento, estaba preparando Quina feinada! y me habían propuesto hacer una cosa con Ramon Madaula. Pero, finalmente, decidí apostar para hacer Dignitat.
¿Por qué?
Primero, porque era trabajar con uno de mis maestros y amigos que es Ricard Reguant, que es el productor. Después, porque con Ignasi nos queremos mucho desde que hicimos Jesucristo Superstar. Y, finalmente, porque me gusta mucho el texto. Hacía tiempo que no leía una obra tan potente.
Y llega en muy buen momento…
Exacto. Estamos rodeados de política por todas partes las 24 horas del día. La otra semana, fui a hacer una entrevista a la televisión y nos cambiaron lo que teníamos previsto para hablar de política. Todo es política.
¿No os da miedo que la gente esté cansada de política?
No porque, en este caso, no verán la política de la televisión, las réplicas y contrarréplicas del Parlament, sino la política de cloaca, la de bajo, la que se trabaja dentro de la sede. Eso seguro que les resulta muy interesante. Y podrán ver cómo se relacionan dos personas por la noche cuando ya han acabado la jornada. Cómo hablan, de qué hablan, con qué intensidad y qué palabrotas dicen que después no dicen en televisión. Se trata de mostrar la política desde dentro.
¿El espectáculo incluye elementos de la política catalana o española?
No. Está planteada desde un punto de vista más universal. Podría ser cualquier partido. Cada espectador puede extraer, si quiere, sus propias conclusiones pero nosotros no pensamos en eso. Es más, eligiendo el vestuario, hemos tenido problemas para decidir el tipo de camisa y el color de la corbata que usaremos para no condicionar al público. Podría ser cualquier partido de cualquier país. Lo que les pasa a estas dos personas es lo que pasa en la política de todo el mundo.
Según has explicado en alguna entrevista, vienes de pasar una época complicada. Afortunadamente, ahora parece que vuelves a estar muy activo y con muchos proyectos. ¿Cómo estás viviendo esta nueva etapa?
He tenido una época complicada porque todo el mundo tiene épocas complicadas en la vida. ¿Quién no tiene momentos difíciles? Ahora, estoy compaginando dos obras que son muy exigentes y lo puedo hacer porque estoy bien. Si yo no estuviera bien o no hubiera hecho este trabajo personal, no sería posible. De hecho, la gente se sorprende cuando ve todo lo que hago en Quina feinada! Y el personaje de Dignitat es muy shakespeariano. Yo me siento en un gran momento. Estoy muy tranquilo y muy feliz de haber trabajado como he trabajado y de haber vivido como he vivido. Incluso, de las cosas que me han pasado porque me han hecho ser el Roger que soy ahora, del cual estoy muy orgulloso. Estoy con mucha ilusión y con mucho sentido del humor. También estoy preparando un proyecto de televisión con mi padre, saco un libro por Sant Jordi… En esta profesión, o no tienes nada o lo tienes todo a la vez.
¿Es la primera vez que actuarás al Teatre Apolo?
Sí, excepto por un fin de año que hice con mi padre, creo recordar. Me gusta mucho la idea, a pesar de ser un teatro muy grande que es muy difícil de llenar. Pero tengo muchas ganas. Es un teatro de los que a mí me gustan: estilo West End. Ignasi Vidal, precisamente, es hijo de quien fue la mano derecha del empresario Matías Colsada, el antiguo dueño del Apolo, que lo convirtió en todo un referente durante los años 50. Por lo tanto, a mí me hace ilusión por el teatro y por volver a trabajar con Ricard Reguant, pero para Ignasi es incluso mucho más especial.
