10 años después de su estreno, una gira por 25 países y un cortometraje, Ölelés, el dúo de Jordi Cortés y Damián Muñoz inspirado en El último encuentro de Sandor Márái, vuelve al Mercat de les Flors.
«El tiempo lo revela todo … el mejor y el peor» dice Sándor Márai en El último encuentro. Dos amigos se reencuentran después de cuarenta años de distanciamiento. Deben solucionar un conflicto del pasado, lo que los separó y que hará revivir los fantasmas. En octubre vimos la versión teatral en el Romea con Abel Folk como protagonista y director – que además significó el retorno de Rosa Novell los escenarios- y ahora llega en formato de danza. El hecho de basar la pieza en un libro ha ayudado a los coreógrafos de la pieza, Jordi Cortés y Damián Muñoz, porque, dicen, la historia ya está escrita, ya hay una narración y sólo hace falta que se centren en el movimiento, en los sentimientos , en la segunda capa, la segunda lectura de la historia y lo que, en realidad, es lo importante. «Lo más difícil ha sido trabajar con aspectos muy sutiles, graduar las intensidades del movimiento porque queríamos movernos en unas líneas muy próximas unas de otras«. Sin embargo, dice Cortés, la idea de llevar al escenario la novela de Márai nació, precisamente, por el hecho de que en el texto hay muchas dudas, mucha intensidad, pero poca acción y quería hacer emerger todas las emociones condensadas a través de la danza.
DESTILACIÓN Y POÉTICA CADUCA
Cortés y Damián casi no conocían cuando iniciaron el proyecto, más allá de la vertiente profesional, porque sólo habían coincidido en Tres Tristes Striptease. Como la obra habla de dos amigos que han sido prácticamente hermanos durante muchos años, durante tres semanas dedicaron a conocerse y encontrar la manera de trabajar cada uno de los sentimientos. Cada ensayo se convertía en un pase entero de la obra completamente diferente. Cada día encontraban un punto de vista diferente y se enfrentaban a retos diversos, desde hacerla completamente desnudos, con unas copas de vino de más o vestidos de mujeres. Todo esto lo registraron ya partir de ahí fueron destilando cuál era la mejor manera de reflejar cada estado de ánimo y cada sentimiento. Un proceso que ha seguido después de las casi 100 funciones de la pieza -que se cumplirán el Mercado-, en el que han seguido haciendo cambios.
Cambios en el movimiento, pero no en la música ni el vestuario. «Es como Casablanca, no tendría sentido verla en color«, dicen. «La poética caduca y se vuelve un cliché. El plan general -l’artifici- está algo caduco, se le nota el paso del tiempo, pero al primer plano no, está más vivo que nunca porque ha ido evolucionando y aún la estamos construyendo «, dice Muñoz. «Es como sacar polvo en una foto antigua, la pieza ha madurado desde nosotros mismos y ha ido ganando en matices, olores, como el buen whisky«, añade Cortés.
El director del Mercat de les Flors, Francesc Casadesús, asegura que «los espectáculos bonos no caducan» y que una de las apuestas del teatro para esta temporada es precisamente «la idea de repertorio y la memoria», la voluntad de recuperar aquellos espectáculos que han marcado de una manera u otra la danza.
GIRA POR 25 PAÍSES Y UN CORTOMETRAJE
Tras el éxito en Barcelona y España giraron por países de América del Norte y del Sur como Colombia, Honduras, Costa Rica, Los Ángeles, Miami o Nueva York, además de Canadá. El espectáculo también viajó a Filipinas, India, China, Corea, Vietnam, por Europa, Israel o el Oriente Medio. En 2011, una vez finalizadas todas las giras salió la posibilidad de grabar un cortometraje, Coup de Grâce, dirigido por Clara Van Gool y financiado por la televisión pública holandesa. Durante estos 3 años y medio que el espectáculo no se ha representado en escena, pues, «ha continuado la vida a través del celuloide«, dice Cortés. Coup de Grâce se podrá ver cada día antes de la función.
Texto: Mercè Rubià / Fotografía: Josep Aznar / Vídeo: Albert Ibáñez