Si por algo se recuerda el Festival Grec de 2013 es por descubrir una compañía y un director holandeses extraordinarios: Toneelgroep e Ivo van Hove. Han pasado los años y siguen vivas en la memoria aquellas Roman Tragedies llenando durante horas de gran teatro el escenario de la Fabià Puigserver del Teatre Lliure. Volverían en 2014 (The Fontainhead), 2015 (La voix humaine) y 2019 (A Little Life), ya reconvertidos en el International Theater Amsterdam (ITA). Y empezaron a hacerse familiares rostros como el de Steven Van Watermeulen, Marieke Heebink y Chris Nietvelt.
Justamente los tres nombres —se echa de menos a Hans Kesting— que figuran en el reparto de The Hours, la adaptación escénica de la novela de Michael Cunningham que convertida en película por Stephen Daldry le valió a Nicole Kidman un Oscar. Dicen que le ganó por una nariz, por la prótesis que le pusieron para parecerse más al perfil de Virginia Woolf. Pero no nos dejemos engañar por la aparente familiaridad de la compañía y, hasta cierto punto, la puesta en escena. Este espectáculo lleva la firma de la noruega Eline Arbo (1986), desde 2023 nueva directora artística del ITA, institución en la que ya llevaba un tiempo involucrada como directora artística asociada.
Arbo debuta en Barcelona —siempre es de agradecer que soplan por la ciudad nuevos aires europeos— con la segunda parte de su trilogía de la “autoconciencia”, inaugurada en 2022 con The Years de Annie Ernaux y cerrada este 2025 con The Laws de Connie Palmen. Los tres capítulos con el círculo como leitmotiv escenográfico. En el caso de The Hours (“Las horas”), el público se encontrará con un giratorio en continuo movimiento para explicar una jornada en la vida de tres mujeres separadas por décadas y unidas íntimamente por un libro: La señora Dalloway. El día en que Woolf comienza a escribir su célebre novela; una mujer (Laura Brown), perfecta modelo de la esposa y madre del sueño americano de los suburbios blancos de posguerra, tiene una dolorosa revelación vital después de leer el libro; una escritora (Clarissa Vaughan), una réplica de la Dalloway misma de finales del siglo XX, organiza una fiesta para su amigo y poeta enfermo de SIDA. Arbo se permite una licencia respecto al texto original: la incorporación del propio Cunningham como narrador.
Según la directora, «es una historia increíblemente bella de tres mujeres cuyas vidas están inextricablemente unidas. Las tres luchan con los roles que les han asignado y buscan su propia libertad. Lo que me encanta del libro es cómo consigue combinar cuestiones existenciales con temas sociales a través de tramas paralelas. Al retratar a mujeres de sobre actual y los patrones de roles que se hallan profundamente ocultos en nuestra cultura”.
Arbo, nacida en Tromsø, ciudad ubicada en el círculo ártico, en el seno de una familia de firme militancia progresista, se caracteriza por un teatro marcadamente físico, siempre comprometido con cuestiones sociales y feministas —está convencida de que el teatro sólo se entiende como un acto colectivo de transformación social— también con las música siempre presente como elemento. Una figura indisociable de sus creaciones es la del músico, compositor y estrecho colaborador Thijs van Vuure.
Más información, imágenes y entradas en: