La reinterpretación del Carmina Burana de la Fura dels Baus llega de nuevo a Barcelona después de girar por varias ciudades de Europa, Asia y Sudamérica, donde ya la han visto cerca de 130.000 espectadores. La ópera de Carl Orff, dirigida por Carlus Padrissa, se podrá ver del 10 al 21 de junio.
La ópera del futuro
«La ópera está cargada de futuro, no pararemos hasta que se renueve y llegue al gran público». Con esta determinación y entusiasmo, Carlus Padrissa, director del montaje y uno de los directores artísticos de La Fura, vuelve a llegar a Barcelona. La compañía está dispuesta a buscar nuevo público para la ópera donde sea necesario y conseguir enamorar «incluso a aquellos que creen de acera cuando pasan por el Liceu». «Carmina Burana es la ópera perfecta para iniciarse: corta, intensa y vital», explica: «Te contagia la lucha del ser humano por salir adelante, por hacernos más fuertes y que la vida funcione».
Sus seguidores reconocerán el lenguaje y la estética ‘furera’ en un espectáculo total donde la música, los audiovisuales y el texto comparten sin distinciones el escenario. Esta vez además con el atractivo añadido de la proximidad. «El Tívoli nos permite –a diferencia de los auditorios y anfiteatros con capacidad para miles de personas– rodear al público, acercarlo, y que no se pierda la fuerza», explica Padrissa, que además ya ha dejado claro que los espectadores podrán tener el móvil encendido (en silencio), tomar fotografías porque «nada puede sustituir la fuerza del directo».
El Carmina Burana original, que Carl Orff usaría en su composición, es una colección de poemas de los siglos XII y XIII escritos por los goliardos, los monjes que habían colgado los hábitos y se dedicaban a cantar poemas en latín o lenguas vulgares. En estos poemas se ensalza el placer por vivir y del interés por los placeres terrenales, por el amor carnal y por el disfrute de la naturaleza, siempre con una mirada crítica y satírica hacia los estamentos sociales y eclesiásticos de la época. Toda la pieza, pues, es de una euforia generalizada, con «sólo algunos momentos de calma entre la tormenta».
«Son textos festivos e incluso orgiásticos, con lo que ello tiene de espiritual», asegura el director musical del espectáculo, Josep Vicent, que estrena una nueva adaptación del libreto que da un gran protagonismo a la percusión y la flauta , además del contrabajo y la celesta, que acompañan a los dos tradicionales pianos del original de Carl Orff.
Vicente está convencido de que «La Fura tiene la clave para llevar la ópera a un nuevo mundo».Él dirige diez músicos jóvenes que, además de los 40 miembros del coro de la Polifónica de Puig-Reig, acompañan «con fuerza y energía» esta pieza donde todos son partes del total: «aquí no hay diferencias, ni foso, trabajamos todos juntos, de manera completamente horizontal «.
«Queremos hacer una ópera donde el público esté en el escenario y se pueda mover, y lo conseguiremos»
La Fura estrenó Carmina Burana en 2009 y se pudo ver en el Auditori, en aquel caso con hasta 150 personas en el escenario. Después de esta gira, que ha convertido la pieza no sólo en la más representada, sino también en el espectáculo más visto de la compañía, ahora llega de nuevo a Barcelona. Carlus Padrissa, sin embargo, ya da vueltas al próximo objetivo: «queremos hacer una ópera donde el público sea el escenario y se pueda mover, y lo conseguiremos».
De momento, esta Carmina Burana ya se puede decir que es en 4D, porque en todos los sentidos que se despiertan en un espectáculo en vivo como este, se añaden los olores, que en determinados momentos del espectáculo se esparcen por la platea.
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