A lo largo de la esfera política del siglo XX pocas mujeres despiertan tanta fascinación y al mismo tiempo controversia entre la opinión pública como Eva Perón. Encontramos, por supuesto, desde Jackie Kennedy hasta Diana de Gales pasando por Margaret Thatcher, Imelda Marcos o Grace Kelly, de acuerdo. Pero ninguna como Evita extiende su aura en una ascensión casi religiosa: para los descamisados se convierte en Santa Evita. También para los aficionados al teatro musical por obra y gracia del compositor Andrew Lloyd Webber quien, junto al letrista Tim Rice, a finales de los años setenta creó un musical que hoy en día es referente absoluto del género.
Hace tiempo que el dramaturgo y director Jordi Prat i Coll cayó de lleno en la marmita peronista. No en vano uno de sus primeros trabajos profesionales fue la obra Eva Perón (Teatre Lliure, 2004) el texto del dibujante y dramaturgo argentino Copi, que satirizaba los últimos días de vida de Evita y que despertó en Prat y Coll las ganas de explorar aún más esta figura: “Quería hacer más cosas, me leí su libro La razón de mi vida, también Santa Evita de Tomás Eloy Martínez, recuperé sus programas de radio… A ratos la encontraba fascinante, en ratos repulsiva”, reconoce.
Casi quince años después pudo recuperar la figura de Evita en el espectáculo Requiem For Evita (Bitò, 2016) que pudo verse fugazmente en el Temporada Alta con Anna Moliner convertida en la primera dama argentina. “Después de ver la trilogía Paraíso, del cineasta Ulrich Seidl, me vino la idea de mostrar a escena unos gajos que crean una religión basada en la figura de Eva Perón”, explica Prat y Coll. Así el público se encontraba participando activamente de una ceremonia religiosa -con reliquia incluida- en tanto que fervientes seguidores de la iglesia «perona».
Todo ello no deja de ser una parodia, un happening a expensas de una figura que obliga constantemente a hacer equilibrios, sobre todo cuando se analiza desde nuestro punto de vista actual: “Una persona populista puede serlo desnuda o vestida de Dior , no importa. No olvidemos, sin embargo, que Eva Perón fue alguien de origen humilde que llevó a cabo una justicia social jociendo arriba el sistema que las familias oligarcas tenían montado en el país”.
La Seca les permitió realizar una breve estancia, con Ivan Labanda alternando el rol protagonista, y el espectáculo se convirtió en uno de los títulos de culto de la cartelera, al recoger el Premio Teatre Barcelona a Mejor Musical de la temporada. Por eso el Festival Grec recupera la propuesta ahora bajo el título For Evita: una astracanada musical, con una reescritura del libreto hecha a medida para la ocasión y nuevos arreglos para orquesta a cargo de Andreu Gallén.
«La iglesia perona ha crecido -apunta Prat y Coll-, y es por eso que en el Teatre Grec habrá un centenar de personas en escena, nuevas canciones, un corazón, cuerpo de baile y mucha más locura». Escucharemos temas que van de Webber a Sondheim pasando por Rafaella Carrà en un alegato a favor de creer sólo en lo que nos haga felices (y que no haga daño al resto, claro).
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