Del 27 de abril al 29 de mayo, la Sala Atrium presenta su tercera propuesta internacional de la temporada: Broken Heart Story, escrita y dirigida por la finlandesa Saara Turunen. Una historia con aires de cuento para adultos que nos adentra en el debate entre una escritora con bigote y su alma: una artista debe crear arte trascendente sobre grandes temas -masculinos-, o entregarse al rol de mujer que ama?
«Lo personal es político», reivindica desde hace años el feminismo. La directora y dramaturga Saara Turunen, que ya presentó Puputyttö (la chica conejita) y The little jesus anteriormente en Barcelona, confiesa que, antes de escribir Broken Heart Story, buscaba hacer un «texto importante». Y esto significaba hablar sobre muerte y capitalismo, «nada de« tonterías »sobre sentimientos». Después de un viaje a México y de adentrarse en este autorretrato que ha acabado siendo la obra, «ya he superado este pensamiento y lo tengo claro: no hay tema más político que el amor», asegura.
OBJETO O SUJETO?
Broken Heart Story plantea el dilema de una mujer artista -El éxito profesional versus el personal- a través de múltiples voces: la misma escritora con bigote (Carla Torres), su alma (Patricia Mendoza), y un coro brechtiano (Pepo Blasco, Vero Cendoya, David Menéndez, Carmela Poch) que toma la fuerza de la sociedad y se desdobla en infinidad de personajes que salen, a la vez, de la misma escritora, como en un juego de muñecas rusas.
La historia comienza cuando la escritora – «que quiere ser importante, seria y creíble» – encuentra en un armario su alma perdida -una mujer frívola que, además, resulta ser de aquellas que ve el mundo de rosa-, y ésta comienza a contarle la historia de un amor perdido.
Las dos mujeres, a juicio de Carla Torres, se debaten entre ser objeto o sujeto, entre lo que la sociedad espera: una mujer silenciosa y dócil, o una artista que toma sus propias decisiones. Dudas y dilemas que salen, sin pesar, de la misma autora: «Las dos mujeres son parte de mí. He intentado ser tanto sincera como he podido. Hacer arte tiene que ver con entregarse».
UN «NORDIC DRAMA»
Torres y Mendoza, que ya habían trabajado con Turunen en The little jesus y Puputyttö, elogian el universo particular de Turunen: «consigue crear una atmósfera de cuento, como si fuera una película de Tim Burton, y la envuelve con la música y la iluminación, que lo acaban convirtiendo en un carmelet «. El músico Cesc X. Mor, responsable de la banda sonora, explica que Turunen tiene una manera de trabajar completamente diferente a la de aquí, muy cinematográfica y detallista, donde «la música hace de almohada de la obra» y ahorra la obviedad. «Creo que el teatro es más rico cuando muestras a través de las imágenes, sin evidenciar a través del texto», defiende Turunen.
El actor David Menéndez destaca aquello que, entre el equipo, han llamado «nordic drama»: una interpretación precisa y limpia donde lo más difícil ha sido aprender a contenerse y eliminar todo lo que tienen de mediterráneo. «Me gusta que haya muy poca expresión», reconoce Turunen. No ha sido el único reto. «Yo no sé hacer teatro sin dinero», les dijo desde el principio la directora, que ha estrenado el mismo texto en formatos más ambiciosos en Finlandia y Lituania. «Tranquila, nosotros tenemos el culo pelado».
Texto: M. Rubia