Arnau Puig: "La variabilidad en el mundo de la interpretación es divertida"

Redacció

Redactor: Iván F. Mula / @ivanfmula

Actor muy vinculado a Les Antonietes, compañía con la que ha estrenado cuatro espectáculos, Arnau Puig lleva una buena temporada acumulando proyectos. Protagonista de Sherlock Holmes y el destripador en el Teatro Apolo, también forma parte del reparto de Othello en La Villarroel y participará en el nuevo montaje del TNC: Afanys d’amor perduts. Esta buena racha incluye, además, la nominación de los Premis Butaca como mejor actor de reparto que se ha anunciado recientemente.

ARNAU PUIG: La nominación fue toda una sorpresa porque, como es una obra que se estrenó en junio, a pesar de que fue un gran éxito, no me esperaba que pudiera estar nominado. Bien es verdad que me hace muchísima ilusión. Después, ganar o no es muy complicado porque hay grandes actuaciones en esta categoría. Pero lo cierto es que son cosas que hacen gracia. Estos reconocimientos son como una pequeña palmadita en la espalda, sobre todo, tratándose de producciones tan humildes.

TEATRE BARCELONA: Actualmente, Othello está programada en La Villarroel. ¿Cómo definirías el montaje a los que todavía no se han animado a ir a verlo?

Se trata de una adaptación de la obra de Shakespeare sintetizada en el triángulo principal de relaciones. De este modo, concentra toda la intensidad de la historia en un juego teatral de sólo tres personajes.

¿Cómo ha reaccionado el público hasta ahora?

Las reacciones están siendo muy positivas. El público sale satisfactoriamente sorprendido porque, para dirigirnos a muchos de los personajes que se han eliminado del montaje, interpelamos a los espectadores. Y salen contentos porque han visto un clásico pero, a la vez, tienen la sensación de haber visto tres personajes contemporáneos que hablan como en la vida normal cuando, en realidad, están hablando en verso. La puesta en escena es muy moderna y rompedora y hace que no tengas la sensación de estar viendo un texto del siglo XVII.

¿En qué momento de la trayectoria de Les Antonietes llega este montaje?

Llega en un momento para hacer un punto y aparte. Con Othello, la compañía celebra los 10 años de existencia. Hasta ahora, el sello consistía en revisionar clásicos. Ahora, según tengo entendido, Oriol Tarrasón y Annabel Castan, que son el alma mater de este proyecto, quieren redirigir la compañía, distanciarse un poco de los clásicos y empezar a hacer textos contemporáneos.

¿Cómo vives la experiencia de interpretar a Yago?

Yago es el primer personaje malvado que hago en mi carrera. Llamarlo malvado, en cualquier caso, es una simplificación. Pero, para entendernos, podemos decir que, de los malos de Shakespeare, Yago es uno de los más malos. ¡Y me lo he pasado genial! Además, como en este montaje hablamos muy directamente al público, decir las cosas que digo, mirando a los ojos de los espectadores, disfrutando de sus maldades y de escupir su veneno, me genera un placer enorme.

Interpretar a Sherlock Holmes, en cambio, debe de ser muy diferente…

Yo estaba bastante asustado con este personaje porque todos tenemos un Sherlock en la cabeza y yo no lo soy. Por eso, me he tenido que crear mi propio Sherlock. Además, todos tenemos un Sherlock en la cabeza que, mayoritariamente, es una referencia de las series o del cine, cosa que requiere una interpretación determinada. En teatro, se requiere otra. El ritmo, la forma de hablar o el movimiento de los ojos son diferentes. Por eso, lo hemos ido construyendo con el director y los consejos de la Asociación de Amigos de Sherlock Holmes de Barcelona para conseguir ser fieles a la idea del personaje original. Se trata, en definitiva, de hacer un Sherlock tan frío como es en realidad, un tanto misógino pero, a la vez, que tenga suficiente carisma para que a la gente le guste y quiera seguir su aventura.

En este caso, se trata de un montaje mucho más grande.

Sí. Es un espectáculo de dos horas, con grandes decorados y un reparto muy numeroso. Sherlock es el protagonista absoluto. Esto hace que yo esté en escena durante dos horas. Sólo salgo un minuto durante toda la obra. Es bastante agotador como actor pero, a la vez, muy estimulante. Además, los compañeros son majísimos y la producción está muy cuidada. Es otro tipo de teatro: más comercial, de entretenimiento pero muy bien hecho.

¿Te has inspirado en alguno de los otros actores que han hecho antes de Sherlock Holmes para interpretar al personaje?

Me he fijado en el Sherlock de Benedict Cumberbatch de la serie de la BBC, que es el que ahora está más de moda. Pero, sobre todo, me he fijado en cómo él mira las pruebas o cómo toca los elementos, a pesar de que la precisión que el audiovisual puede captar no lo coge el teatro. Nosotros tenemos que hacer cosas algo más grandes.

Tu siguiente proyecto, después de estos dos, es Afanys d’amor perdut en el Teatre Nacional. ¿Qué nos puedes avanzar de esta propuesta?

Afanys d’amor perdut es otro Shakespeare. Lo empiezo a ensayar de aquí a quince días. Haré el papel del rey de Navarra. Se trata de uno de los textos de Shakespeare, quizás, menos conocidos pero, a la vez, una de sus comedias más felices. Es un canto al amor sin fronteras y sin reglas. Estoy contento de hacerlo porque es un grupo muy majo, encabezado por Peter Vives, Pep Antón Muñoz y Carles Martínez, entre otros. Pienso que puede ser bastante divertido y bonito porque, además, hay canciones y baile, en el espectáculo.

Vuelves al TNC después de muchos años, cuando formaste parte de su joven compañía durante el primer año de Xavier Albertí como director del teatro. ¿Cómo te hace sentir este retorno?

Muy bien. Estoy muy contento de trabajar allí. Es un placer actuar en una institución tan emblemática como el Teatre Nacional e intentar, precisamente, hacer un espectáculo digno que ayude al buen nombre de este teatro. También es una responsabilidad porque se exige un nivel y un trabajo que se tiene que hacer.

Participar en tantos proyectos y tan diferentes forma parte de la profesión de ser actor. ¿Te gusta esta variabilidad?

Sí. Me gusta la variedad que me da la profesión de ser actor. Casualmente, este año, igual que el año pasado que también empalmé Y no quedará ninguno con la Seca, vuelvo a empalmar Othello con el Teatro Apolo. Esto hace que, de un día para otro, cambio de formato de teatro. Es divertido porque te tienes que adaptar al espacio. En cada teatro, ves al público de una determinada manera. Tienes que proyectar de una determinada manera. Y es verdad que esta parada que he hecho con Sherlock para ir a la Villarroel me ha ido muy bien porque ahora, cuando vuelva, lo cogeré con más ganas. Son pequeños descansos. La variabilidad es divertida. Todos estos teatros son muy diferentes, arquitectónicamente, de sonido, de ambiente e, incluso, de trabajo. Pero yo estoy contento porque he tenido mucha suerte.

Redactor: Iván F. Mula / @ivanfmula

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