Tras el éxito en el Atrium, El peix daurat llega al Teatre Lliure con una propuesta renovada e inmersiva. La autora e intérprete, Anna Agulló, comparte con nosotros cómo esta obra personal sobre la salud mental se ha convertido en un reflejo colectivo. Una historia de vulnerabilidad, curación y, sobre todo, de amor por la vida.
Anna Agulló. Imagen: Núria Gàmiz
Teatre Barcelona: ¿Cómo vives el estreno de El peix daurat en el Teatre Lliure, después del éxito en el Atrium?
Anna Agulló: Estoy muy agradecida, pero también me da respeto. En Atrium funcionó superbien, y eso genera nervios. Pero estamos trabajando muy fuerte para hacerlo mejor.
El éxito en Atrium fue increíble, sobre todo gracias al boca a boca. ¿Esperabas que la gente se conectara tanto con la obra?
No me lo esperaba, pero era el objetivo: que todo el mundo pudiera verse reflejado en algún momento. Cuando la gente te dice que les ha hecho ver las cosas de otra forma, ya es un éxito.
¿Esta catarsis personal y colectiva es el origen de la obra?
Sí, fue un proceso de curación personal. Inicialmente pensaba hacer un documental, pero después sentí que tenía que ponerle el cuerpo. Escribí el texto en diez días, y todo empezó a crecer de forma inesperada.
«El peix daurat es una carta de amor a la vida y de invitar a querernos y cuidarnos mejor»
Me gusta esto de “poner el cuerpo”. Es una expresión preciosa, pero también muy vulnerable.
Sí, yo siempre he sido bastante abierta con lo que me sucedió. Para mí, el salto importante fue decir «también en el ámbito laboral se sabrá, y que me vaya como me vaya». Mostrarme vulnerable no me cuesta tanto. Pero el gran reto para mí fue volver a subir a un escenario. Y cuando el deseo es mayor que el miedo, cuando la necesidad es mayor que el miedo, es cuando haces las cosas.
Este tipo de obra ayuda a romper los tabúes sobre la salud mental, pero también se corre el riesgo de banalizarla.
Sí, quizás se hace mainstream, pero aún es mejor hablar de ello que no hacerlo. Es importante mostrar que no estamos solos, que lo que vivimos forma parte de un mayor sistema.
¿Cómo crees que la sociedad está gestionando la creciente visibilidad de la salud mental, especialmente en un momento tan polarizado?
La sociedad tiende a individualizar sus problemas, pero es un error. Los trastornos no son sólo cuestiones personales, sino que el sistema juega un papel importante. La obra también invita a crear red ya no juzgar.
¿La obra te ha permitido perdonar?
He entendido muchas cosas y he logrado comprender, pero hay vínculos que es difícil que se puedan reconstruir.
¿En el Lliure habrá novedades en el espectáculo?
Sí, hemos renovado toda la puesta en escena, desde el vestuario hasta el audiovisual, para realizar la experiencia más inmersiva. La idea es que el público sea parte del viaje.
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