Los próximos meses Barcelona vivirá un auténtico desbordamiento en la programación de danza. La ciudad cuenta con un buen panorama de representaciones y ésta es una selección, muy variada, pensada para ser catada en función del ánimo de cada persona:
El cuerpo perplejo
Meg Stuart llega al Mercat de les Flors por partida doble: An evening of solo works es una recopilación de piezas en solitario (7 y 8 de noviembre); y Violet una de sus obras más aclamadas e impactantes (del 9 al 11 de noviembre). Neoyorquina establecida en Bruselas y Berlín, propone coreografías donde la vulnerabilidad está presente. Cuerpos resistentes y de gran gestualidad, al tiempo que sensibles. En Violet es muy evidente, con la música en directo de Brendan Dougherty en la percusión y electrónica. Cinco bailarines, uno de ellos Roger Sala Reyner, inician una peripecia vital, desde un origen indeterminado, con la danza y la improvisación como elemento central, en un trayecto lleno de interrogantes e incertidumbres.
El cuerpo liberado
Pol Jiménez presenta en la Sala Hiroshima su nueva producción, con dirección de Juan Carlos Lérida: La oscilante (16 y 17 de noviembre). Citar a este joven pero fundamental nombre de la danza española y su maestro de flamenco empírico sería más que suficiente para justificar una visita. Pero no tendríamos suficiente si no fuera acompañado de un reto, otro más en su carrera: en un estilo de danza a menudo categorizado de manera severa, la rotura de los tópicos de género es casi una obligación ética. Y para hacer eso hay un lenguaje delicado y firme, a la vez; entusiasta y reflexivo; acentuado e independiente como el de Pol Jiménez; que interpreta el flamenco desde la libertad creativa y la esencia emocional necesaria; encuadernado de manera única la tradición y su evolución.
El cuerpo transformado
Soren Evinson sirve en esta selección un contrapunto expresivo y de contenido en el Antic Teatre: A Nation Is Born In Me (del 22 de noviembre al 2 de diciembre). Se presenta como performance sobre el poder, dispuesto a ejercer el control desde un despliegue físico contundente y ciertamente interpelador: quiere averiguar qué nos pasa a todos cuando sobre el escenario se juega a la confusión. Texto, objetos escénicos y coreografía, en una intervención plagada de continuas sorpresas, que al unirse operan de una determinada manera: acaban generando una nebulosa de impresiones, una experiencia que va más allá del juego teatral, para acercarnos a una extraña vivencia.
El cuerpo aligerado
La Intrusa Danza lleva al Sat Teatre Best of you (21 y 22 de diciembre). De hecho se trata de una despedida de una de las piezas más exitosas del grupo, que ha rodado por todas partes durante seis años. Por ello, para la ocasión, han invitado a los bailarines Agnès Salas y Héctor Plaza. Una partitura emocionada ha acompañado Virgina García y Damián Muñoz todo este tiempo, un vaivén de provocaciones físicas que los artistas ejecutan sin descanso. Un cúmulo de tensiones que proviene de aligerar, con una coreografía que es un buen ejemplo de la magnífica labor de La Intrusa Danza. Introspección y exaltación de los sentimientos a través del gesto bailado. Nunca es tarde para descubrirlos.
El cuerpo perdido
De Pierre Rigal hemos visto en Barcelona las otras dos partes de esta trilogía que bien podría llevar por título «sobre la condición del humano que se mueve». Si en Erection planteaba el esfuerzo por deambular y en Press la lucha por mantenernos de pie en un espacio cada vez más pequeño; en Mobile explora las dificultades de la libertad. Se podrá ver en el Mercat de les Flors (del 27 de diciembre al 4 de enero). Una pieza, además, recomendada para todos los públicos a partir de 4 años. Se trata de un intérprete con una presencia física imponente, como lo es su interés por muchos aspectos del conocimiento: las herramientas digitales, la matemática, la economía … Temas todas ellas que lo acompañan de una manera sutil en unas coreografías intensas y extraordinariamente enérgicas, profundamente enredadas con la realidad vital común.
Redactor: Jordi Sora