Por mucho que el libro nos enseñara que «lo esencial es invisible a los ojos», el musical de El Petit Príncep se ha convertido, después de 10 años llenando plateas, en un éxito visible y palpable. La adaptación a los escenarios de la novela de Antoine de Saint-Exupéry, que Àngel Llàcer, Manu Guix y La Perla 29 estrenaron en el 2014, volverá estas fiestas para llenar la sala Paral·lel 62 de planetas, asteroides y sueños.
Iñaki Mur, Manu Guix, Carme Milán, Mariona Escoda i Miguel Ángel Sánchez a El Petit Príncep (2023)
Son muchos los motivos por los que la fórmula de El Petit Príncep no caduca. Su historia es atemporal y engancha a niños y personas de todas las edades, a través de unos personajes que, a pesar de ser fantásticos y arquetípicos, tienen una vertiente muy humana. Quizás uno de los más seductores de la historia es Rosa, la flor que habita en el asteroide B612 y al que el Pequeño Príncipe satisface todas las demandas. En la producción original del 2014, la encarnó la actriz y cantante Elena Gadel, y actualmente quien le da vida es Mariona Escoda, ganadora de la primera edición del concurso de talentos de TV3 Eufòria. En medio, se han puesto también en la piel (o en los pétalos) de Rosa las actrices Diana Roig y Georgia Stewart. Celebramos los diez años del musical haciendo un repaso por estos diez años de Roses con todas ellas.
Un personaje lleno de capas
Elena Gadel fue la primera Rosa, desde el estreno del 2014 hasta que, en la segunda temporada del musical, dejó el papel para ser madre. «Las últimas funciones, las hice con mi hijo en la barriga», explica. De alguna forma, Gadel ha quedado en el imaginario colectivo de muchas como la imagen de este personaje tan lleno de matices. “Es un personaje con una dualidad”, explica Gadel, “por un lado tiene mucho carácter y se nos muestra muy segura de sí misma, defendiéndose con sus espinas, y por otro lado, tiene una fragilidad que no muestra, por miedo a que le hagan daño, o que no le quieran”.
Elena Gadel en ‘El Petit Príncep’ (2014)
Diana Roig es la Rosa más longeva: ha encarnado al personaje durante cuatro de las diez temporadas del musical (de la tercera a la quinta, y también a la séptima). Roig, como Gadel, encuentra el atractivo del papel en que «tiene muchas capas». “A priori puede parecer superficial, egoísta, incluso algo déspota”, afirma Roig, “pero, de alguna manera, se siente frágil e incapaz de amar de una manera sana”.
Júlia Bonjoch y Diana Roig en ‘El Petit Príncep’ (2016)
Georgia Stewart, Rosa en la sexta y octava temporada, va un paso más allá y dice que “tiene un mundo interior supercomplejo”. Mariona Escoda, la voz actual de Rosa, remarca el sufrimiento del personaje: «no deja de ser una flor que está muy sola y que necesita la validación de los demás», argumenta.
Más allá de su magnetismo, lo que ha hecho de Rosa el personaje estrella del musical de El Petit Príncep es su canción, obra del prolífico Manu Guix. Una canción preciosa, pero muy compleja, tanto vocal como actoralmente, ya que, en menos de cuatro minutos, muestra “toda la evolución del personaje”, como explica Stewart: “empieza diciendo que todos se hipnotizan por su belleza, y termina con un grito de desesperación y soledad”. Esto, según Gadel, es lo que hace que haya que cantar la canción «desde la visceralidad». «Si no la cantas sintiendo lo que estás diciendo, es muy impresionante porque tiene unos grandes agudos, pero no llega directamente al corazón».
Carme Milan y Manu Guix en ‘El Petit Príncep’ (2021)
ara Escoda, que llega a interpretar a Rosa después de ganar a Eufòria, cantar este tema es un sueño hecho realidad. “Yo empecé a cantar con doce años”, explica, “y la primera canción que le dije a mi profe de canto que quería preparar era “La Rosa””. Escoda ha entrado por la voz (prácticamente no había hecho nada antes como actriz), pero explica que se están llevando grandes amistades y aprendizajes. «Es una experiencia intensa, pero es incomparable», dice, satisfecha.
La clave del éxito
Después de diez años y cuatro Roses, este invierno, el espectáculo promete volver a llenar la sala Paral·lel 62 de nuevos espectadores y de fans reincidentes. ¿Qué hace que la luz de El Petit Príncep no se apague? Para Gadel, la respuesta está clara: “está hecho desde el corazón, respetando el mensaje de la obra original; un mensaje que yo he entendido ya de mayor, pero al que es muy bonito que lleguen los niños”. Roig suscribe esta idea de que el espectáculo no tiene edad, “porque habla de lo que es importante en la vida, que es amarnos”, asegura, “y todo el mundo acaba captando esta esencia: las criaturas, de una manera, y los adultos, por otra”. Para el público más pequeño, «todo es bonito, como una aventura», cree Stewart, mientras que el adulto puede ver «una reflexión sobre la pérdida de la inocencia». El espectáculo, como el personaje de Rosa, tiene muchas capas, pese al tono aparentemente naíf del relato.
Georgia Stewart en ‘El Petit Príncep’ (2019)
Más allá del fondo, la obra también es un manantial en cuanto a la forma: la riqueza de la puesta en escena, las canciones y, sobre todo, la capacidad de emocionar. «Eres muy feliz viendo el musical», dice Escoda, y el público lo suscribe a cada función. Roig está deseando volver a hacer bolos para “ver las caras de los niños, de las familias. Ver a la gente feliz se contagia, la felicidad se multiplica”.
Mariona Escoda en ‘El Petit Príncep’ (2022)
Parece evidente, pues, que el éxito de El Petit Príncep no acabará después de estos diez años. Dure lo que dure, está claro que todas las personas que han trabajado (desde el equipo técnico al equipo artístico) podrán llevar siempre en el corazón haber formado parte de uno de los musicales con mejor recibimiento del país. Las cuatro Roses se sienten muy orgullosas de haber formado parte, y también de haber compartido el papel con compañeras de primer nivel. «A pesar de que pase el tiempo, creo que todas tenemos un punto en común que nos unirá para siempre», asegura Gadel.
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