Esta es una comedia con un toque fantástico, pero con un trasfondo de realidad que la hace muy actual. La premisa inicial es realmente chocante, y a partir de aquí se inicia un discurso feminista y reivindicativo… aunque nada aleccionador. El gran acierto de Daniela Feixas es el de utilizar la comedia y el de exponer, en primera persona, las dificultades con las que se encuentran las mujeres todavía a día de hoy. La premisa de cambiar de sexo a un político de derechas es realmente original, y el hecho de enfrentarlo a la presión social y a la de su propio partido constituyen otro planteamiento prometedor. Quizás el problema es que hay situaciones un poco forzadas -la curiosa relación que tiene con la prostituta o el innecesario prólogo- y personajes de los que tenemos muy poca información. De hecho, el personaje más redondo es el de Simó/Simone, un pequeño bombón al que da vida una muy acertada Tilda Espluga.
La dirección de Ramon Simó es ágil y más que correcta. Se agradece que no fuerce la comicidad ni algunas determinadas situaciones, a pesar de que quizás a veces se encuentra encorsetado por un texto al que le cuesta avanzar hacia el final. Para mi gusto hubiera hecho falta algo más de historia y de giros argumentales para redondear la pieza, a pesar de que admito que su mensaje la convierte en una obra oportuna y necesaria. Seguro que llegarán más, porque este es un país de buenas dramaturgas y espléndidas actrices. Estoy convencido que juntas nos seguirán brindando grandes experiencias teatrales, donde la visión femenina será fundamental.