Silvia Marsó y Gracia Fernández despliegan un ejercicio de virtuosismo interpretativo en esta pieza que es, sobre todo, una declaración de amor al teatro.
Sinopsis
Qué es esto que se mueve en medio de este laberinto de objetos y desecherías? Parece un animal, pero habla y seduce… es una mujer! Se llama Victorina, y con su irreverencia y vitalidad está dispuesta a hacernos temblar de pasión. El viejo truco de la vida… ah, ella sabe muy bien como rescatar del olvido aquello que todavía está lleno de sentido y emoción y… hop hop hop!, hacerlo aparecer de nuevo ante nuestros ojos maravillados.
Con la complicidad de Querubín, la peculiar guardiana de este almacén cósmico, los objetos mudos despiertan y convocan otras voces, otros cuerpos. Entonces Victorina ya no es solo su pequeña historia, también es la Historia y las compañeras de una generación que osó apropiarse con todos sus recursos y talentos de la realidad social para transformarla. Victorina es, pues, una parte de nuestra memoria que todavía tiene entonces y vitalidad suficiente para fructificar en el presente.
El entretejido de varios lenguajes escénicos y el homenaje a diferentes tradiciones teatrales conforma una fiesta donde la música vive, los números musicales, la manipulación de objetos, el trabajo de máscaras, el clown y la comedia del arte multiplican las evocaciones de este mundo deliciosamente juguetón y, a la vegada, apasionadamente serio, de nuestra protagonista.
Nos hemos inspirado en las memorias de la escenógrafa Victorina Durán, agente y testigo singular de los primeros años del siglo XX, la república y el exilio, para convocar un espectáculo de abundancia escénica que actualiza el legado de “las sin sombrero” y restituye el vínculo con esta generación: nuestras bisabuelas llenas de gracia y libertad.