Peter Brook nos redescubre a Tempest project los significados ocultos de una de las últimas obras escritas por William Shakespeare.

Escrita en 1612, La tempestad es uno de los últimos textos que escribió Shakespeare, la historia de Próspero, duque de Milán, apartado de su ducado por un hermano ambicioso. Refugiado en una isla en compañía de su hija Miranda y gracias al poder de Ariel, el espíritu que tiene a su servicio, hará naufragar a su hermano para vengarse. Pero, más allá del argumento, quizás, y como dice Peter Brook, hay mucho más en las palabras de Shakespeare, significados que no hemos captado en la primera lectura. Los busca este director acostumbrado a trabajar con actores y actrices de procedencias diversas y la que ha sido, ya desde tiempos del mítico The Mahabharata, su colaboradora, Marie-Hélène Estienne. Aquí, el Próspero protagonista es un actor formado en la tradición del teatro británico, pero de origen africano, Ery Nzaramba, una elección que no es casual. Y es que, si los actores y actrices occidentales están familiarizados con elementos tan presentes en las creaciones shakespearianas como la violencia física y política, la rabia, el sexo o la introspección, difícilmente pueden explorar de forma natural un mundo oculto y espiritual como el que aparece en La tempestad, que les resulta ajeno. Otras culturas conviven con la idea de dioses, magia y brujería, pero no la europea. Quizá por eso, al menos en opinión de Brook, le resulte menos forzado interpretar el papel de Próspero a un actor nacido en un entorno en el cual el mundo invisible es una presencia más real y natural. De la mano de Ery Nzaramba, pero también del resto de actores y actrices, descubriremos una obra que va revelando sus secretos y significados según avanza y que está permanente sobrevolada por la idea de libertad. Próspero, el primitivo Calibán a su servicio, que encarna la idea del incipiente colonialismo del siglo XVI, el espíritu Ariel: en este montaje todos buscan su liberación, aunque para cada uno de ellos este concepto tenga un significado diferente.

Es el retorno al Grec Festival de Barcelona de Peter Brook, un director con una larga relación con la ciudad: de hecho, su montaje La tragedia de Carmen marcó, en 1983, la conversión del Mercat de les Flors en espacio escénico. La última vez que pasó por el recinto fue en el 2011, cuando llevó al escenario de Montjuïc una versión minimalista de la ópera de Mozart La flauta mágica (Une flûte enchantée). En el 2019, el director recibió el Premio Princesa de Asturias de las Artes. Era un reconocimiento más a la trayectoria de uno de los grandes renovadores del teatro europeo del siglo XX, un hijo de migrantes rusos cuya trayectoria empezó en Gran Bretaña, pero le llevó, ya en los años setenta del siglo pasado, a París, donde fundó el Centre International de Créations Théâtrales, en el Théâtre des Bouffes du Nord.

Este espectáculo surge de un taller impartido en febrero del 2020 en el Théâtre des Bouffes du Nord, en el que, durante quince días, insistiendo en la palabra hablada de Shakespeare en su idioma original, Peter Brook y Marie-Hélène Estienne condujeron una investigación sobre La tempestad, acompañados de un pequeño grupo de actores: Hiran Abeysekera, Yohanna Fuchs, Dilum Buddhika, Maïa Jemmett, Marcello Magni, Ery Nzaramba y Kalieaswari Srinivasan. Tras un nuevo período de ensayos, el espectáculo fue creado en abril del 2021 en el Théâtre Gérard Philipe, Centre Dramatique National de Saint-Denis.

Duración:
Idioma:
Francès amb sobretítols en català
Opiniones del espectáculo 1
  • JOSE GABRIEL DEL VIEJO
    JOSE GABRIEL DEL VIEJO
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