Sí Sí Sí

Sí Sí Sí és una obra que aborda el desig i el consentiment des d’una perspectiva directa i pròxima, combinant ficció des de l’escenari amb testimonis reals en format audiovisual. A través de dues històries paral·leles, es presenta una reflexió sobre els límits en les relacions i la importància de la comunicació en l’àmbit íntim, interpel·lant completament al públic assistent i fent-lo formar part totalment de la proposta.

L’obra es caracteritza per una posada en escena minimalista que dona protagonisme a les figures que tenen un rol a l’escenari i als testimonis audiovisuals. Aquesta simplicitat funciona bé per centrar l’atenció en el contingut.

L’actriu Clara Mingueza ofereix una interpretació natural i propera, aconseguint generar complicitat amb el públic. El text és senzill i  utilitza un llenguatge actual que connecta fàcilment amb adolescents i joves, combinat amb un treball de cos subtil, però que aporta dinamisme, ritme i moviment a les situacions i les paraules. Les situacions plantejades són reconeixibles i es tracten amb sensibilitat, sense dramatismes innecessaris: tal com són i el que provoquen.

El ritme de l’obra és àgil i la durada està ben ajustada, i per això com a espectadora és fàcil que  mantingues l’atenció.

En definitiva, Sí Sí Sí és un espectacle  fantàstic per sensibilitzar i generar debat sobre un tema important en el públic adolescent i jove. És una molt bona proposta per instituts, ja que ofereix una aproximació clara i accessible a qüestions que sovint no es tracten amb prou obertura o es fa en formats com xarrades a classe, que no interpel·len tan directament. Aporta un espai de reflexió necessari.

Escuchar, hablar, comunicarse. Estos elementos son fundamentales en cualquier relación interpersonal que se haga, especialmente aquellas amorosas, sentimentales o sexuales. Decir qué quieres y qué no quieres y ser escuchado/a y actuar en consecuencia es imprescindible para que estas interacciones personales tengan un camino adecuado.

Utilitzando el teatro documental, en Sí Sí Sí las dramaturgas neozelandesas Eleanor Bishop y Karin McCracken abordan el deseo y el consentimiento en las relaciones sexuales. Se utilizan paralelamente dos historias opuestas, una con consentimiento y comunicación y otra con agresión sexual, con testimonios de jóvenes y la interacción con el público para que formen parte de la narrativa de una manera consciente.

El texto es muy interesante y pone el foco directamente en la necesidad de comunicación entre las personas que se relacionan. De una manera hábil, directa y sin querer aleccionar a nadie o imponer criterios, muestra testimonios y situaciones que son fácilmente identificables y cercanas, poniendo sobre el escenario con mucha claridad que es el consentimiento y como es de imprescindible en cualquier relación.

De manera natural y de tú a tú Clara Mingueza es la actriz que da voz a las dos historias, al mismo tiempo que da paso a los testimonios y escenifica las diferentes situaciones que se explican. Las transiciones entre unas y otras navegan perfectamente en el relato y hacen que el tiempo se pase muy rápido. Mingueza consigue la atención del público para narrar la trama y conseguir una complicidad necesaria y buscada. Divertida, cercana y transparente, la intérprete alcanza su objetivo.

Un diseño de luces y sonido acorde a la narrativa, capitaneado por Víctor Miguel, ayudan a la dramaturgia y a la espectadora a ponerse en situación.

La producción tiene un propósito claro y no pierde tiempo en otros temas que vuelan superfluamente en cualquier historia. Se quiere hablar del consentimiento y es de eso de lo que se habla, con diferentes visiones y puntos de vista. Eso sí, se encuentra a faltar algo, no queda claro que es, para acabar de completar la obra. Quizás algún testimonio más que exponga otras situaciones y acabar de agrupar más colectivos u otras visiones que quizás no quedan reflejadas en el escenario. Pero como muy bien dice Mingueza, es una obra inacabada, porque sería imposible recoger testimonio de todas las situaciones u opiniones posibles.

Esta es una obra sobre el consentimiento, y bien es verdad que el propio título lo deja ya muy claro desde el principio. Es una más de estas obras testimoniales o semidocumentales en las que se aborda un tema social importante, ya sea la anorgasmia (Els dies mentits), la intersexualidad (Hermafrodites a cavall), la transexualidad (Cavallet de mar) o el cáncer de mama (Adéu Jane!, 360 grams). Una obra con una parte de testimonios reales, otra parte de representación y una última de interacción con el público. Partes o ingredientes necesarios para que funcione la fórmula y el público reciba de una forma más o menos fácil unos contenidos que acostumbran a ser duros y poco amables.

La obra parte de un texto de las neozelandesas Eleanor Bishop y Karin McCracken, a pesar de que el texto es breve y se reduce a dos historias aparentemente opuestas: la de una relación esporádica y consentida, y la de una relación entre personas que se conocen y se gustan pero en la que no hay consentimiento. Creo que como texto da sensación de poco y deja más preguntas que respuestas, pero por suerte se van intercalando una serie de testimonios de jóvenes de diferentes lugares de Cataluña y Mallorca –tampoco hubiera estado mal que hubiera diversidad de edades entre los testimonios- para poner elementos diversos encima de la mesa. Una manera clara y realista de cómo se afronta el tema del consentimiento en las relaciones actuales.

Clara Mingueza, a la que ya hemos visto en Scratch, en Tirant lo Blanc o en Observin a aquests fills de puta, carga con todo el peso del espectáculo y defiende con naturalidad la mayor parte de la pieza. En definitiva, un espectáculo que sería muy conveniente para institutos y público adolescente en general.