Vivimos en el mundo de la obsolescencia programada. No sólo de los electrodomésticos. Las personas también somos obsolescentes, sobre todo las mujeres. Anna Maria Ricart presenta Obsolescència programada, una reflexión de la situación de las mujeres que ya no pueden tener hijos por razones biológicas y que dejan de ser “deseables” según la lógica de la sociedad de consumo. ¿Cuál es su papel?
Sinopsis
Una mujer, alrededor de la cincuentena, entra en una tienda de electrodomésticos, echa un vistazo y se marcha.
La misma mujer, unos minutos después, entra de nuevo, pregunta las características de una lavadora y marcha.
La misma mujer, unos minutos después, entra de nuevo con una maleta, una silla plegable y una planta. Se sienta y anuncia que permanecerá allí, en la tienda, durante nueve meses. Ni un día más ni un día menos.