Nadie es un zombi es una comedia dramática musical digna de Broadway.
Basada en la novel.la que ganó el premio Barcanova de Literatura, es un golpe a la conciencia en el trasfondo del bullying, un canto a la amistad por encima de todo y un retorno al pasado (años 70) del que nace una invitación a vivir la vida con intensidad, alegría y un permanente “carpe diem” antes de que sea demasiado tarde.
El autor Jordi Folck nos propone un espectáculo que es un alegato contra la intolerancia, el bullying y las diferencias de raza, clase social o ideas.
Sinopsis
Waldemar Equis, de diez años llega de Polonia a una escuela catalana donde, debido a su particular condición de muerto viviente, será rechazado y perseguido, especialmente para un compañero (sin nombre) que comprenderá, demasiado tarde que la amistad verdadera no entiende de diferencias sociales o culturales, de vivos o muertos. Que el afecto, en definitiva, traspasa el umbral del tiempo.
El arraigo del Wally y su familia -tres tías zombis de medio siglo de vida- en una vieja casa de indianos provocará un choque entre dos mundos dispares condenados a no entenderse.